𝕰𝖑 𝖉𝖗𝖆𝖌ó𝖓 𝖞 𝖘𝖚 𝖈𝖔𝖓𝖊𝖏𝖎𝖙𝖔

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 5

Taehyung sacudió un mechón de pelo de su frente, luego se rió cuando observó a Jungkook haciendo lo mismo en el espejo del baño. —Te ves maravilloso, amor.

—Me veo como un bobo. —Jeon tiró del corbatín en su garganta.

Se dio la vuelta y enderezó el corbatín de Kook. —Te ves perfecto.

—Nunca en mi vida, he usado un traje como este.

—La cena de esta noche es estrictamente de etiqueta, conejito. No tenemos elección.

El labio inferior de Jungkook sobresalió. —Bueno, no tiene que gustarme.

—Saldrá bien, amor. —Sonrió. Le divertía muchísimo la pequeña rabieta que estaba haciendo Jeon. —Iremos a cenar, conversaremos un poco, luego volveremos a casa y tendremos sexo como conejos.

—¿En serio? —Eso pareció captar la atención del menor.

—Nos divertiremos mucho.

Extendió su brazo. Kook sonrió y envolvió su brazo con fuerza. Juntos, salieron del baño y luego de sus habitaciones. El menor parecía mucho más calmado caminando a su lado, hasta que la gente comenzó a mirarlos.

—¿Por qué nos están mirando todos? —Susurró el de ojos morados.

—¿Porque soy el hombre más impresionante en este lugar?

—Tienes un ego gigante. —La suave carcajada de Jeon llenó el pasillo, causando que más gente los mirara.

Sabía que parte del encanto de Jungkook, era la alegría que parecía ven ira él tan naturalmente. Hacía que todos los de su alrededor se sintieran felices, incluyéndolo. Los últimos días que había pasado apareado al pequeño conejito, le había abierto los ojos, ante cuan tenso se había vuelto. Estaba seguro de que Kook lo curaría de eso, en cuestión de semanas.

Nunca antes le había intrigado tanto alguien. Sabía que parte de eso, provenía del vínculo de apareamiento, pero no del todo. Ni siquiera creía que las órdenes del Concejo tenían mucho que ver al respecto. Era Jungkook.

Se había olvidado del sobre que el Anciano Gong Yoo les había dado, después de su apareamiento, hasta que los encontró ayer en sus pantalones. A medida que lo leía, había comenzado a enojarse por su completa desfachatez.

"Todas las parejas deberán reclamarse físicamente unas a otras, al menos una vez cada veinticuatro horas, hasta la próxima conferencia de año bisiesto. Fallar en esto también causará una pérdida de su habilidad para transformarse permanentemente. Si es que se vuelven salvajes serán sacrificados, por la seguridad de todos. Ahora que su apareamiento ha sido registrado, esta es la única pareja que se les otorgará."

Entonces Jeon salió del baño desnudo y toda su rabia se fue en un parpadeo de este. Si el Concejo ordenaba que tenía que aparearse con este conejito, al menos una vez cada veinticuatro horas, ¿quién era él para oponerse?

—¿Habrá baile? —Le preguntó. —Me encanta bailar.

—Estoy seguro de que sí. —Le gustaba la idea de bailar con Kook, meciéndolo en la pista de baile entre sus brazos. —¿Tal vez podríamos dar una vuelta en la pista, después de la cena?

—¡Sí!

Se rió cuando el conejo agarró su mano y empezó a girar en círculos debajo de su brazo. Giró y giró hasta que se detuvo repentinamente. Sus ojos lucían un poco vidriosos. —Whoa —, susurró Jeon, mientras usaba una mano para estabilizarse. —Me mareé.

Negó con la cabeza y tiró de Jungkook entre sus brazos. —Vamos, dizzy B*, vamos a comer.

—Van a servir vegetales, ¿cierto?