Capítulo 41 Entrega

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Becky no tenía pistas de su hermana por lo que no quiso pensar en lo peor, iba hacía su cuarto cuando se detuvo, observo el cuarto de la castaña y sintió como sus emociones salían a flor de piel, hace días venía planeando decirle lo que realmente sentía y que de alguna manera pudieran oficializar una relación, aunque no estaba segura de si Freen querría lo mismo, se acerco tocando la puerta pero no obtuvo respuesta, se asomo un poco buscando a la propietaria pero no la vio por lo que entro sin autorización.

-Freen.- la llamo.

-Estoy en la ducha.- le respondió en un grito lejano la castaña.

Un pensamiento pervertido paso por su mente lo que le ocasiono tragar en seco, se coqueteaban, decían cosas sucias entre mucho más, todo eso le estaba afectando su nivel hormonal por lo que en muchas ocasiones deseaba a la castaña con locura, había llegado a tener sueños húmedos con ella que la despertaban agitadamente en las madrugadas.

-¿Sucede algo?. Freen salió con una bata puesta, podía ver la oscuridad en los ojos de la contraria cosa que la excito de sobremanera.

-Quiero hablar contigo.- Becky se sentó en la cama observando la -creo que debemos aclarar algunas cosas.-

-Te escucho.- la castaña se sento a su lado observándola.

-Durante mucho tiempo no sabía como tratar ciertos sentimientos por el simple hecho de no conocerlos, algunos incluso llegue a pensar que eran ficticios y que las personas simplemente exageraban.- rio un poco ante su ignorancia - uno de ellos era.- no pudo continuar, se puso nerviosa en la mirada de su contraria, por instinto tomo la mano de la chica para llevarla hacía su pecho -uno de ellos era este.-

Freen comprendia perfectamente que la palabra "amor" fuera un termino completamente extraño para la chica, pero el sentir las rapidas palpitaciones le hizo darse cuenta de que no era la única sintiendo aquella atmosfera mágica que estaba pasando entre las dos.

-Se que no soy buena.- continuo la chica -soy un criminal, tengo este dinero a causa de la desgracia de otros que se arruinan consumiendo, pero hay algo que si deseo que entiendas.- separo la mano que estaba en su pecho para comenzar a acariciarla -no me jales hacía una mala imagen solamente por mi oficio, muchas personas se prostituyen pero lo hacen por sacar adelante a sus hijos, un trabajo no define como eres en la realidad.-

-Yo lo se Bec.- con su mano libre acaricio su rostro -el dia que comencé a curar tu herida por mi misma vi más marcas en tus piernas, marcas de cuchillazos.- la castaña había disimulado su horror al ver aquellas secuelas de vida -ese dia supe que no elegiste, tu fuiste arrastrada a este mundo sin preguntarte tu consentimiento.- bajo la mano para acariciar su dorso y piernas -no se cuantas cicatrices más tengas, pero prometo amar cada una de ellas.-

-Te amo Freen.- la castaña casi chilla de emoción al escuchar su repentina confesión -¿podrías ser mi novia?.-

-¿podría?.- aquella no era la típica frase de noviazgo.

-Si, porque no te digo si quieres estar conmigo sino que te pregunto si puedo estar contigo ya que para mi es un privilegio.- le sonrio con dulzura.

-El rey no puede vivir sin la reina verdad.- la castaña se acerco a su rostro para juntas sus frentes, ambas sonreian como bobas enamoradas.

-No, no puede porque el reino, el poder y el oro no le bastan para llenar la desolación de su corazón.-

-Yo también te amo Becky.- Freen estaba con sus ojos llorosos de emoción -y si podemos ser novias.-

Fueron minutos los que pasaron en esa posición, ambas sentian como su amor se combinaban con el deseo, el deseo se peleaba con la adrenalina y al mismo tiempo con la lujuria, sin poder atrasar lo inevitable sus labios hicieron contacto, no era un beso como los de antes, este era un beso que llevaba todos los sentimientos recien confesados, un beso que desnudaba el alma de dos personas que pasaron su vida entera deseando ser queridas sinceramente. Becky coloco su mano en el rostro de la menor para acercarla más teniendo todo el contacto posible con ella, su contraria coloco sus brazos alrededor del cuello de la rubia sintiéndose dueña de aquel ser que ante sus ojos era el más hermoso, con ojos somnolientos se separaron observándose con anhelo, ambas sabían que estaba por venir y en cierta manera estaban nerviosas.

El juego de la reina |Freenbecky|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora