Capítulo 3.

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Melanie...

Llego a la universidad estresada, cansada, sin ánimos, sin imaginar que ya ha pasado un año desde que Rhea ha desaparecido, todo es tan difícil, un día hay un rastro y al otro nada, un día tenemos esperanza y al otro nada. Los primeros meses en los que me la pasé llorando y no asistí a la universidad ya terminaron, ahora trato de ayudar a mi tío, aunque se ha mostrado renuente a mi colaboración, agradezco a Matías por mantenerme al tanto de la situación, y sobre todo a mi novio, que es mi sustento más grande. Se que no es momento para romances, pero Raúl, se ha vuelto mi esperanza entre tanta tormenta, me ha ayudado incluso económicamente, pues mi tío no me da dinero, todo lo que necesite, tengo que consultarlo. También con sus conocimientos, a pesar de estar lejos, pues su trabajo lo requiere, aunque cuando viene a México se da un tiempo para visitarme, aunque siempre puedo estar poco tiempo con él y con la única condición es que Rafael me acompañe, la mano derecha de mi tío se ha vuelto mi sombra, siempre que salgo a un centro comercial o a ver a Raúl, pues mi tío no quiere verlo en mi casa, y lo entiendo, tampoco quiero incomodar a mi tía.

Un pequeño peso se quitó de mi conciencia al saber que los chicos están enterados de lo que ha ocurrido con Rhea, pues al principio tuve que mentirles diciendo que se había ido a un retiro en Estados Unidos, pues Rhea se fue de un día para otro, según mi tío fue porque no sabemos con qué clase de personas tratamos, por supuesto que acato todo lo que me pide, pues ya perdí a mis padre, no quiero perder también a mi prima, sé que está viva, lo sé porque lo siento y quiero creer eso hasta que regrese a nosotros.

Camino por los pasillos siendo escoltada por dos hombres, hasta llegar al salón, el profesor aun no llega, pero me acerco para saludar a los chicos.

—Hola preciosa.

—Hola Ana, ¿Cómo están?

—¿Cómo estas tu?

—Un poco mejor Adán —sonrió sin ganas.

—Hable con mi padre hace unos días —informa Dylan—, sé que es extraño que crean lo que voy a decir, pero mi padre me dio luz verde para poder utilizar sus contactos en Alemania.

Mi cara forma una gran sonrisa, es una excelente noticia. Pues cuando le informe lo que realmente había sucedido con Rhea, cada uno de los chicos fueron apoyados por sus padres y pusieron su apoyo sobre la mesa para poder encontrar a Rhea.

—¿¡De verdad!? —salto eufórica—. ¡Eso es una excelente noticia! ¡muchas gracias!

—Señorita Melanie —uno de los trajeados se asoma en la entrada de la puerta, me hace guardar silencio con una señal, asiento apenada, sé que mi tío no quiere que nada de esto se sepa, y que realmente no se diga nada, pero son nuestros amigos, tanto míos como de Rhea, así que, si nos ayudan, será más rápido.

—Se que Rhea está bien —habla Adán—, ella es fuerte.

—Apoyo a Adán —dice Ana—, mi amiga es fuerte, sé que está bien, yo pregunte a un chaman que mi tía consulta y dijo que su vela sigue encendida, sé que está viva.

—Debimos saberlo desde un principio, quizá ya estaría aquí —comenta Dylan.

—Lo sé —digo apenada, evito decir que mi tío no quiso comunicar nada.

—Está por cumplirse un año dos meses, sigo poniendo todo lo que tengo a tu disposición —ofrece Ana—, si bien mi padre no quiere involucrarse, lo he convencido para que apoye en todo y ya accedió, ya te lo he mencionado.

—De verdad les agradezco a todos por su ayuda, pero no es algo que pueda decidir, debo comunicárselo a mi tío. Pero les doy las gracias por todo.

—Claro que, si no quiere, o nuestros padres no lo quieren, pueden hacer lo que yo, he puesto todos mis contactos a la disposición de Matías.

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⏰ Última actualización: Oct 27, 2023 ⏰

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