La increíble aventura de un pingüino llamado Pipo en el desierto

Pipo y la esfinge: El acertijo del desierto

Pipo y Omar recorrieron el desierto durante varios días, viendo paisajes maravillosos y conociendo animales fascinantes. Pipo se hizo amigo de Alí, el camello, que le contaba historias y chistes. Omar le enseñaba cosas sobre el desierto, como cómo orientarse, cómo encontrar agua y cómo evitar los peligros.

Un día, llegaron a un oasis donde había una fuente, unas palmeras y unas flores. Omar le dijo a Pipo que podían descansar allí y que al día siguiente seguirían su camino. Pipo estaba feliz de ver tanta vegetación y agua en medio del desierto. Se bajó del camello y se acercó a la fuente para beber.

De repente, escuchó un ruido extraño detrás de unas palmeras. Era como un gruñido o un rugido. Pipo se asustó y se escondió detrás de la fuente. Omar se dio cuenta y se acercó a ver qué pasaba. Alí se quedó junto al camello de Omar, vigilando.

Omar apartó las palmeras y vio algo que lo dejó sin palabras. Era una criatura enorme, con cuerpo de león, alas de águila y cola de escorpión. Era una esfinge, un ser mitológico que guardaba los secretos del desierto.

La esfinge abrió sus ojos amarillos y miró a Omar con una expresión severa. Le dijo con una voz profunda:- ¿Quién eres tú y qué haces en mi oasis?

Omar se quedó paralizado por el miedo y no pudo responder. La esfinge se impacientó y le dijo:- Si quieres seguir vivo, tendrás que responder a mi acertijo. Si fallas, te devoraré.

Pipo escuchó todo desde su escondite y sintió un escalofrío. ¿Qué haría Omar? ¿Qué haría él? ¿Qué acertijo le haría la esfinge? ¿Podrían escapar de esa situación?

Así comenzó la tercera parte de la aventura de Pipo en el desierto, donde tendría que enfrentarse a un misterio y a un peligro.