La esfinge y el secreto de la nieve en el desierto

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La esfinge le dijo a Omar el acertijo que tenía que resolver:- Soy una cosa que tiene cuatro patas por la mañana, dos patas al mediodía y tres patas por la noche. ¿Qué soy?

Omar pensó y pensó, pero no se le ocurrió ninguna respuesta. La esfinge se impacientó y le dijo:- Te doy un minuto más, o te comeré.

Pipo, que estaba escondido detrás de la fuente, se preocupó por Omar y quiso ayudarlo. Recordó que había leído algo sobre las esfinges y sus acertijos en un libro de mitología. Buscó en su mochila y encontró el libro. Lo abrió y buscó la página donde hablaba de las esfinges. Allí encontró la respuesta al acertijo.

Pipo salió de su escondite y se acercó a Omar. Le susurró al oído la respuesta. Omar se sorprendió de ver a Pipo y de escuchar lo que le decía. Se armó de valor y le dijo a la esfinge:- La respuesta es el hombre.

La esfinge se quedó atónita y le preguntó:- ¿Cómo lo has sabido?

Omar le explicó:- El hombre tiene cuatro patas por la mañana, cuando es un bebé y gatea. Tiene dos patas al mediodía, cuando es adulto y camina. Y tiene tres patas por la noche, cuando es anciano y usa un bastón.

La esfinge reconoció que Omar había acertado y se sintió derrotada. Le dijo a Omar:- Has resuelto mi acertijo, así que te dejaré vivir. Pero dime, 

¿Quién es ese pingüino que te ha ayudado?

Omar le presentó a Pipo y le contó su historia. La esfinge se interesó por Pipo y le dijo:- Eres un pingüino muy inteligente y valiente. Me has impresionado con tu conocimiento. Te voy a hacer un regalo. Te voy a contar uno de los secretos del desierto.

Pipo se emocionó y le preguntó a la esfinge qué era el secreto. La esfinge le dijo:- El secreto es que hay un lugar en el desierto donde hay nieve.

Pipo no podía creerlo y le preguntó a la esfinge dónde estaba ese lugar. La esfinge le dijo:- Está en lo alto de una montaña, donde el sol no llega. Allí hay un lago congelado, donde viven unos pingüinos muy especiales. Son los guardianes del desierto.

Pipo se quedó boquiabierto y le dijo a la esfinge que quería ir a ese lugar. La esfinge le dijo:- Está bien, te llevaré allí. Pero tendrás que prometerme que no se lo contarás a nadie más.

Pipo aceptó y le dio las gracias a la esfinge. Omar también le dio las gracias y le pidió permiso para acompañar a Pipo. La esfinge aceptó y les dijo que los siguieran.

Así comenzó la cuarta parte de la aventura de Pipo en el desierto, donde descubriría un secreto increíble.

La increíble aventura de un pingüino llamado Pipo en el desiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora