La montaña mágica de los pingüinos del desierto

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La esfinge los llevó por el desierto, volando sobre la arena. Omar y Pipo se agarraron a su lomo y admiraron el paisaje. Vieron dunas, oasis, palmeras y camellos. También vieron algunas pirámides y templos antiguos.

Después de un rato, la esfinge les dijo que habían llegado. Les señaló una montaña que se elevaba sobre el horizonte. Omar y Pipo se sorprendieron al ver que la cima de la montaña estaba cubierta de nieve.- ¿Cómo es posible que haya nieve en el desierto? - preguntó Omar.- Es un fenómeno muy raro, causado por una corriente de aire frío que viene del polo sur - explicó la esfinge - Solo ocurre en esta montaña, y solo los pingüinos del desierto lo saben.- ¿Y cómo son esos pingüinos? - preguntó Pipo.- Son muy especiales. Tienen poderes mágicos y pueden controlar el clima. También son muy sabios y conocen muchos secretos del mundo. Pero son muy reservados y no se dejan ver por nadie. Solo yo tengo permiso para visitarlos, porque soy su amiga.- ¿Y nos dejarán entrar a nosotros? - preguntó Omar.- Eso espero. Les he traído un regalo: a ti, Pipo. Eres un pingüino muy especial también, y creo que te llevarás bien con ellos. Tal vez te enseñen algunos de sus secretos.

La esfinge se acercó a la montaña y aterrizó en una cueva. Les dijo a Omar y Pipo que la siguieran con cuidado. Entraron en la cueva y caminaron por un pasillo oscuro. Al final del pasillo, vieron una luz brillante.- Hemos llegado - dijo la esfinge - Bienvenidos al lago congelado.

Omar y Pipo salieron de la cueva y se quedaron sin aliento. Ante sus ojos había un lago enorme, completamente helado. Sobre el lago había una cúpula de cristal, que reflejaba los rayos del sol. Y sobre el cristal había una capa de nieve, que hacía que todo pareciera un cuento de hadas.

Pero lo más sorprendente era lo que había en el lago. Había cientos de pingüinos, de todos los tamaños y colores. Algunos patinaban sobre el hielo, otros nadaban bajo el agua, otros jugaban con bolas de nieve, otros cantaban canciones, otros leían libros, otros hacían experimentos...- ¡Wow! ¡Qué maravilla! - exclamó Pipo.- Son los pingüinos del desierto - dijo la esfinge - Los guardianes del secreto más grande del mundo.

Así comenzó la quinta parte de la aventura de Pipo en el desierto, donde conocería a unos pingüinos increíbles.



La increíble aventura de un pingüino llamado Pipo en el desiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora