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El dolor de cuerpo me mata, siento que me arde la espalda. Sonrió al verla echada, dormida tranquilamente.

Jennie..

Ese era el nombre en mi mente.

El pudor y la inocencia de ella me cautivó hasta el punto de perder el control y hacerla mía.

La vi con él y me fui tras ella y la bese como a nadie, ya desnudo aquí en la cama, me doy cuenta lo bien que me sentí al tenerla entre mis brazos.

Sonrió como estúpido al recordar sus caderas pegarás a las mías, llorando por más sin saber cómo pedir.

Me gusta, ella me gusta y me aterra pensar que me estoy enamorando.

Es muy pronto, y espero que mi mente no me juegue una mala pasada, estoy bien así, pero también sería egoísta.

Soy una persona que no tiene relación formal, solo pasajera, pero ella es tan inocente, tan única y hermosa.

Me acerco despacio y veo su lindo cuello expuesto con marcas rojas hasta perderse por el valle de sus senos.

Paso saliva al ver que se mueve y me deje ver uno de sus grandes senos a la vista con la punta rosadita.

Siento mi miembro despertarse por imaginarme más cosas con ella, me vuelve loco todo su cuerpo.

Sonrió perversamente al imaginarme encima de mi moviéndose, dejo de observarla para mirar al techo.

Debo dejar que descanse, no debo, después de lo que pasó, ella necesita un descanso.

No está acostumbrada ver mi lado pervertido, y se que ella es alguien más en mi vida, pero no lo voy a admitir ahora.

Su cabello tapa su preciosa cara, así que me acerco a ella nuevamente notando sus labios secos y un poco rosados.

Tan apetecibles.

Con mi mano saco lentamente sus delicados pelos de su rostro, entonces siento que se mueve y abre los ojos, y me observa.

Nosotros nos observamos.

Y entonces se levanta de la cama alborotada, asustada.

Lo miro extraño por su comportamiento.

—Ne- necesito irme a casa, por favor llévame—antes de decirle algo, lo veo, veo sus senos expuestos, sus caderas marcadas, los chupetones que deje, están por todas partes.

Ella al percatarse que la miro demasiado, se da cuenta que está desnuda, entonces se tapada rápidamente.

Sus mejillas se ponen rojas y mira al suelo.

Sonrió, se ve tan linda y hermosa.

Doy dos pasos hacia ella, totalmente desnudo.

Ella me mira a los ojos pero luego siento su mirada en mi miembro y se pone más roja de lo normal.

Quita su mirada de mi para retroceder y chocar contra la puerta. Se sujeta bien de de las sábanas que tapan su desnudes.

—Mis padres me están esperando.

Me dice mirando otra parte y entonces me acerco para agarrar de su mentón y levantarlo, mi mirada quema mientras ella está nerviosa.

—¿Sabes una cosa?, nunca olvidaré que fuiste mia—digo mirándola a los ojos—De como me pedías más—roso mis labios con los de ella—Como gritabas mi nombre—la miro y está desesperada.

Jadea al yo morder sus labios y poder chuparlos como un caramelo.

Pongo mis dos manos alrededor de su cuello y lo traigo a mi para profundizar el beso. Siento que me corresponde inmediatamente, su cuerpo y el mío se pegó demasiado para sentir la adrenalina. Moviéndose al compás soltando jadeos sin detenernos, los dos queríamos esto, los dos lo sentíamos. Abro su boca para dar paso a mi lengua sintiendo su caliente boca darme permiso, sus manos suben por mis abdominales inconscientemente para despeinar mi cabello.

Entonces pongo firmemente mis manos grandes alrededor de su cintura marcando mis dedos en ella, entonces siento como abre su boca soltando un gemido al pegar su cuerpo al mío.

La brazada se calló al suelo.

—Te deseo más y mas—Dije dejando se besarla para besar sus senos—nunca me cansaré de ti hermosa—aprieto su cintura mientras lamo y chupo uno de senos con pasión.

Gime fuerte agarrándome del cuello, yo al pensarlo mejor me separo, teniendo en cuenta que si continuemos será peor dejarla ir.

Suspiro y me separo de ella.

Su pecho agitado me hace pensar en mil formas de hacerla gritar en estas cuatro paredes. En la cama, en el suelo, en la pared, la cocina, el mueble y muchos otros.

Te juro que no me rendiré, voy a seguir si tú me lo permites Princesa. Le doy un beso en la frente y me voy del cuarto dándole su espacio para que se cambie.

Dejando en claro que no será la última noche, aunque recorrí todo su cuerpo con mis manos y boca no es suficiente, este lobo hambriento necesita más de su Caperucita roja.

Parezco un lobo en celo yendo por su omega hermosa. Su bella Caperucita.

Cierro la puerta detrás de mí y voy directo al otro cuarto donde tengo mi ropa lista y planchada, lo dejo en la cama y voy directo al baño a ducharme.

Luego de estar listo y cambiado bajo directo a la cocina pero antes de entrar la veo a ella y está vestida pero siempre hermosa.

Su cabello lacio le daba un aspecto increíble. Su mirada gatuna e inocente me daba mil años de vida.

Está chica me está haciendo perder la cabeza. Me está siendo cometer locuras que no pensé en la vida hacerlo.

Me vuelo loco al pensar que puede estar con otro, o estar a solos con él, solo con pensar eso sería me perdición.

Y tengo miedo.

Soy un empresario, muy famoso pero nunca tuve estás situaciones donde me juzgo por ser tan imbécil.

Pero ahora lo hago.

Se que estoy mal en dejarla así pero tengo que hacerlo. No estoy haciendo bien las cosas, me estoy metiendo con mi sobrina y estoy perdiendo la cordura por ella, por su hermoso y perfecto cuerpo que probé.

No merezco, no me estoy reconociendo, ahora mismo me arrepiento por llevarme por la lujuria y el deseo.

Suspiro agarrándome la cabeza.

¿que es lo que estoy haciendo?

Esto está mal.

Pero ya es muy tarde para arrepentirse.








Inocente [TAENNIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora