Preparativos

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Ha pasado un mes y ya asimile mi papel, desde que me conectaba en las noches durante el sueño fue aumentando mi papel de perra, de un 4/7 a un 6/7 la mayor parte de nuestro tiempo de relación me había convertido en una mascota de tiempo completo y ambas estábamos felices con ello. Incluso nuestra comunicación aunque no verbal se había vuelto más íntima e irónicamente más entendimiento. Una mirada o un gemido tenía los matices de comunicar un sentimiento, un malestar y hasta ideas.

Las ansias de conocernos en la realidad aumentaron y la decisión la tomamos cuando recibimos una noticia. Estábamos a unas semanas del mantenimiento de los servidores informáticos que utilizábamos para reunirnos virtualmente por lo que empezamos a planear la fecha para reunirnos.

Decidimos que escogeríamos la misma semana para pedir vacaciones, le sugerí que viniera a quedarse conmigo en mi departamento. A lo que ella me dijo que quería que conociera el lugar donde creció, ya que la vieja casa de sus padres iba a ser vendida y que la tendríamos para nosotras solas por una semana. Ella ya no planeaba regresar y quería tener su último recuerdo de ese lugar conmigo.

Yo asenté, Iba revisar los vuelos y el transporte que me llevara pero ella me dijo que pasaría por mi al aeropuerto, que tendríamos que pasar por provisiones a poblados cercanos.

¿Necesitamos comprar muchas cosas?

Un poco ya que la casa se encuentra un poco alejada de la ciudad, además no quiero que nada nos interrumpa en nuestro tiempo juntos

Está bien, ¿quieres que lleve algo?

De alimentos y bebidas nada, pero si tienes algo para nuestros juegos íntimos, sería grato tenerlos.

Lo siento, no tengo nada de eso, solo juego contigo, todo virtual.

Veremos que conseguimos por acá.

Que emocionante, vamos a tener sesiones tú y yo.

Ya veremos cómo nos organizamos, amor.

Ya me estoy mojando por verte.

Conserva ese entusiasmo para cuando nos veamos.


Antes de esa semana reservé mi vuelo, compré unas cosas y confeccioné un lindo atuendo para darle una sorpresa a Lili. Lo principal eran mis accesorios perrunos. Encontré un lindo tipo de tela, era como tela tipo peluche corto pero elástico. De este hice los cortes para un body, le coloque cierres en zonas estratégicas. Del resto de la tela logré confeccionar mis botas y mis guantes, ambos con protectores en codos y rodillas, lo más difícil fue hacer las molduras para aparentar mis patas.

Al colocarme mi traje de perra me sorprendí al verme al espejo, era ajustado como una segunda piel, tardé mucho tanto en ponerlo como en quitármelo. Más que nada en lo difícil que era sujetar cualquier cosa con mis garritas falsas. Era demasiado sugerente pero al mismo tiempo me puso de inmediato en mi papel perruno. Me senté sobre mis patas traseras y empecé a ladrar, después empecé a correr por todo el apartamento, rodeé, me asomé por la ventana, como cualquier perro cuando lo dejan solo. Al final me recosté en la alfombra jadeando y calienta por el show que yo misma me había montado.

Después de algunos días de trabajo, mi siguiente tarea que me propuse fue crear mis orejas y mi plug anal. Modele unas estructuras móviles impresas en 3d y les coloque hilos a manera de ligamentos, con unos pequeños motores de celular había logrado que se contrajera y girará levemente. A la cola también le instalé pequeños motores pero con resortes más resistentes por sus dimensiones. Al final instalé un control remoto en mi guante para los movimientos, cosas básicas para cualquier radio-aficionado. Estaba satisfecha con mi trabajo.

Al igual que en la simulación estos accesorios me hacían entrar más fácil en el papel. Ya estaba tan acostumbrada a mi papel que mi animalización era óptima. Actuaba naturalmente como una perra instintiva y precisa.

Llame a Lily y le conté de estos impulso que crecían dentro de mi. Ella tenía silencios largos, en realidad le gustaba lo que le contaba y contenía su gemido. Al final le envié unas fotos, ella en un suspiro me dijo. Te amo.

La siguientes semanas fueron la misma rutina perruna pero la veía más apegada de lo normal, pasamos más tiempo pegadas que de costumbre. El día que nos tomábamos para charlar estaba más atenta a mi y mis emociones. Sabía que esta relación iba a llegar a un nivel mucho más alto cuando nos conociéramos.

Al fin llegó la fecha del vuelo, llegué temprano al aeropuerto y empecé a pasar por los distintos puntos de seguridad, todo iba bien, pero en una revisión sorpresa me pidieron abrir mi maleta pues supuestamente había cableado extraño. Así lo hice. La revisaron y vieron mi body, mis orejas y mi plug anal. Enmudecieron por un rato.

Levantaron el body y me preguntaron, el porqué llevaba eso:

Es mi traje sexy que utilizaré con mi novia. Seré su juguete sexual, si es que no pierdo mi vuelo.


Me miraron con una cara de desaprobación pero claramente intrigados e incluso noté una leve excitación en el guardia varón.

Si es verdad que eso es cierto, muestrenos señorita. (Dijo el guardia)

Déjala en paz (Dijo su compañera)


Él se fue un poco molesto, pero ella se quedó:

Lamento eso, sólo revisaré sus documentos y se podrá ir.


Pasado algunos minutos me dejaron salir y al abrir la puerta la guardia se despidió amablemente. Tal vez fue mi imaginación pero note una risa coqueta.

Me dirigí a mi puerta de abordaje. Cada vez me importaba menos lo que pensaran los demás, yo era feliz. Escuché el motor del avión, sentí el impulso y ya estábamos en el aire. Tres horas escuchando música y viendo un cuerpo de agua, eso me dio sueño.

Una alarma me sacó de mi siesta, había que prepararse para el despegue, me maravillé con lo bonita de esa ciudad. Nuevamente revisiones, solo que sin problemas. Al salir por la puerta la vi, solté mi equipaje y fui hacia ella. Nos quedamos viendo sin decir nada y nos abrazamos por tanto tiempo. Al fin estábamos juntas.

Un pequeño error en el mundo virtualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora