Capítulo 2 - Loba Interna

20 2 2
                                    


Camine hacia mi casa, la cual quedaba lejos de la escuela, pensé en volver a recoger mis cosas pero ni que estuviera tan desesperada porque ese tipo me mate, no sentía que me fuera hacer daño, pero no quería tentar a mi destino, aunque ya sentía que había caído en sus redes.

Toque la puerta de mi casa, y nadie me respondió, y de repente recordé que mi madre trabajaría hasta tarde, y... ella me dejo su llave de repuesto, joder.

—Emma, hijita, ¿Cómo estás? —grito una voz, me gire lentamente y era la señora que vivía al frente de nosotros.

Gracias Dios

Casi que beso el piso.

Camine hasta ella, y le conté mi situación, y me dejo quedarme en su casa.

Su casa era muy linda hasta podría decir que era cute, tenia 3 gatos porque supuestamente eran protectores de las malas energías, y esas cosas, a pesar de la edad de mi vecina, ella era tarotista, muchas veces me había insistido para echarme una lectura, pero me negó, no es que no crea en eso, es que siento que voy a descubrir algo que no quiero jejje, sí ya sé lo que piensan Emma, la Cobarde, pero no me importa, quiero evitar mi destino lo más posible.

—Esta es tu casa, voy a salir al mercado y ya vengo —dijo mientras recogía su bolso, ¿quedarme aquí sola? Nunca.

—Yo la acompaño —me pare de un salto del sofá en que estaba acostada y abrí la puerta para que pudiéramos salir.

La señora se me quedo mirando, un tiempo que me pareció eterno, asintió y salimos.

Mis pobres piernas no daban para más, pero nunca se lo diría a la señora que estaba tan contenta contándome sobre sus historias de cómo empezó el tarot, algún que otro chisme de sus clientes y de la vecindad.

—¿Por qué volviste tan temprano? No había pasado ni una hora desde que te fuiste a la escuela —me pregunto con la cerca enarcada, diablos, yo quiero aprender hacer eso.

—Yo...—no sabía que contestar, ¿será que le cuento? No creo que me tome por loca. Dile, señalo mi conciencia. Respire hondo y le respondí de la forma más casual posible —Ha podido creer que el chico con pinta de asesino serial, me ha acorralado y ha dicho que soy suya, y de paso olor mi cuello como si fuera un perro loco —y me reí.

—Si, lo creo —dijo de forma seria, y no puede evitar mirar su cara, realmente pensaba lo que dijo —Por eso quería hablar contigo antes de que esto pasara, tú vida dará un cambio de 180 grados, todo lo que conoces lo tendrás que dejar de lado para poder abrir tu mente a nuevas posibilidad.

¿Qué chorrada dijo? Mi no entender, creo que mi cara lo dijo.

—Volvamos —dijo y me arrastro, sí que tiene fuerza —le dije a tu mama que te contara antes de que esto pasará, él vendrá por ti.

—¿Él? Ni que me fuera a matar —dije riéndome, pero ella para su caminata y siguió como si nada.

No puede ser, ¿soy la presa? Hubiese querido ser el cazador de la historia.

Esta mente mía sí dice cuanta estupidez se cruza.

Eres Mía ¡Primera Advertencia!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora