✧*[Perciver] ﾉ⁠♡

o. Story ¹

Ya era media noche y Percy todavía no llegaba a casa. Oliver sabía que estaba haciendo y sabía la ubicación exacta pero no podía evitar sentirse nervioso.

Sentado en el coche de camino al pub, no pudo evitar pensar en todas las personas que Percy dijo que estarían ahí. Penélope, Cedric, Vanessa, pero era ese nombre que no podía sacarse, Marcus Flint. No entendía como lo había invitado a la quedada, recordaba algo de "ha cambiado" o "es agradable" pero no creía que fuese verdad. Era Flint después de todo, él mismo idiota que trataba de romperle la mano antes de cada partido de lo fuerte que le estrechaba la mano.

Y la idea de Percy estando cerca de él también le asqueaba, no sabía si Flint tiraba para esa dirección pero más le vale que ponga los ojos en otro hombre. Percy es la persona más encantadora que conocía, no dudaba si se fijaba en alguien se fijaría en él. Eso no le hacía bien en el estómago.

Cuando llegó por la puerta lo primero que se pudo fijar es que la mayoría del grupo estaba en la zona de karaoke cantando alguna canción aleatoria que les gustaba, pero no Percy. Era raro no poder verlo a primera vista, sobre todo con ese color de pelo. Se adentró más en el club para buscarlo.

Ni necesitó ni 5 minutos y lo encontró, aunque no le gustó lo que vio.

Percy estaba bastante borracho por el tono de rosa intenso que se encontraba su cara dormida. Se le haría linda la escena si no fuera porque estaba apoyando la cabeza en el brazo de Flint. Sólo eran ellos dos en la mesa, los demás se fueron al karaoke. Eso le enfadó bastante, ¿quién se cree Flint para estar tan pegado a Percy? ¿No sabe qué es el espacio personal?

Oliver se acercó con pasos acelerados y forzados, los celos le corroían la mente. Flint notó su presencia de inmediato, era difícil no darse cuenta de que alguien se le acercaba a gran velocidad.

- Creo que ya te puedes ir, yo me encargaré de él- dijo Oliver con su voz más calmada posible, incluso si la expresión de odio que tenís en la cara no le dijera a Flint lo que pasaba por su cabeza en realidad.

-No hace falta, Wood. Ha estado muy bien conmigo, no creo porque tendría que dejarlo contigo solo porque me lo digas.- le recriminó Flint, pasando un brazo por el hombro de Percy para acercarlo. Eso hizo que la sangre le hirviera a Oliver.

-Soy su novio, estoy seguro que soy capaz de cuidarlo mejor que tú.

-Como si me lo fuera a creer. Estás tan desesperado que vas a mentir sobre eso. Dudo que salga con alguien como tú.

-¿Qué dijistes, troll?

En un momento en su discusión, Percy llegó a despertarse. Todavía cansado y confundido por la repentina interrupción de su siesta.

-¿Ollie?- parpadeó el pelirrojo. - ¡Ollie, has venido! Pensé que teníss entrenamiento. -Percy se levantó corriendo para lanzarse s los brazos de Oliver.

-Te eché de menos. Pensé que ya no querías estar conmigo y que habías encontrado a alguien mejor. O que te dieses cuenta que algún otro jugador de Quidditch era más encantador o, o ,o...

Percy no pudo terminar la frase pues Oliver le había cortado con un beso apasionado. No sé quejó y lo devolvió con energía, uniendo sus bocas en un acalorado beso.

Esa era la única manera en la que Oliver pensó que podría calmarle, un Percy borracho era un Percy muy impotente y aventurero para lo que es normalmente. Mientras se besaban, Oliver le miró a los ojos a Flint para demostrarle de alguna manera su superioridad. Movió sus manos alrededor del largo cuerpo de su novio, moviéndolos de arriba y abajo sobre sus costados y espalda. Con una sonrisa triunfadora detrás del beso.

-Oliver...

Eso fue señal de que deberían irse ya. No quería hacer que trasnochasen más de lo necesario.

~•~

A la mañana siguiente, Percy se despertó atrapado en los brazos de su novio. Acurrucados juntos bajo las calidad mantas de su departamento. Ver a Oliver dormir tan plácidamente le trajo una sonrisa al rostro. Le dió un pequeño beso en la nariz y se fue al baño, encontrándose con una sorpresita.

Un chupetón del tamaño de una mano en el cuello y una revista del Quisquilloso hablando sobre el amante de Oliver Wood. Dios, está va a ser un largo día.