p+o. Story⁴

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Esta historia está inspirada de potterheadwriter77 <3

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Percy se quedó mirando la carta que tenía delante de él. Durante meses había estado recibiendo cartas anónimas de un supuesto admirador secreto, con regalos y distintas clases de obsequios. Pero esta era la primera vez que recibía una como esta.

En un castillo mágico, donde el saber es la guía,

hay una torre alta que al cielo desafía.

Las estrellas y planetas allí son estudiados,

por magos y brujas, todos encantados.

A medianoche te espero, sube sin demora,

en la cima de esta torre, bajo la aurora.

Busca donde el cielo se encuentra con el saber,

allí te estaré esperando, ¿puedes tú ascender?

Ya llevaba un tiempo sospechando de quién podría ser, con las pequeñas pistas que daba uno iba deduciendo quién era el autor. Ahora solo era cuestión de tiempo para saber quién era en realidad.

ººº

Llegada la medianoche, el pelirrojo se escabulló de su dormitorio para ir hacia el lugar que indicaba la carta, la torre de astronomía.

No lo podía negar, pero Percy estaba muy nervioso. No sabía qué esperarse, incluso si tuviera sospechas de quién podía ser, eso no le aseguraría que sería él. ¿Y si es alguien que le cae mal? ¿Y si era en verdad todo una broma muy elaborada para dejarlo en ridículo? No lo sabía, pero estaba dispuesto a arriesgarlo para saber quién es la persona que le ha estado mandando semejantes cartas.

Subiendo las escaleras de la torre se quedó perplejo por la escena que había delante de él. En el suelo de la torre había una manta blanca con una cena romántica a la luz de la luna y las velas que había alrededor. Pero lo que realmente le revolvió el estómago fue ver quién estaba a cargo de esto.

—¿Te gusta?

—¿Oliver?

Una sonrisa tímida se asomó en los labios de Oliver. El muchacho iba vestido con un esmoquin de color negro y unos mocasines a juegos, en su mano se encontraba un ramo de rosas junto a una pequeña caja.

—Te he estado esperando. — La expresión de extrema felicidad de Oliver hacía que a Percy le temblaran las rodillas.

—Yo... — estaba sin palabras. No podía pensar, no podía respirar. Oliver Wood era su admirador secreto, su mejor amigo, su mayor confidente y la persona a la que había amado desde que tenía memoria.

Estaba tan distraído con sus propios pensamientos que no se había percatado de que Oliver le estaba hablando.

—Quizás esto ha sido una mala idea... Lo siento mucho si yo era la persona que esperabas pero realmente quería decirte lo mucho que te quiero, Perce. Cada palabra en esas cartas las he escrito pensando en lo que me haces sentir, en lo que provocas en mí. Sé que no soy el más poético o el mejor escribiendo pero quería demostrarte lo que siento por ti. — al terminar de hablar Oliver apartó la mirada, sonrojado, entregando lo que era el ramo de rosas.

Percy no podía hacer nada más que parpadear, aceptando el ramo en sus manos.

—Así que qué me dices, Perce. ¿Quieres que lo intentemos? Si no quieres... — antes de que pudiera terminar, Percy lo había callado con un beso desesperado.

Quería decirle todo lo que sentía, quería hacerle saber que estaba dispuesto a tener un futuro con él, qué quiere intentarlo. Quiere hacerle saber, todo, con solo un beso.

Percy podía sentir la sonrisa que Oliver tenía en sus labios mientras se besaban. Podía sentir cómo sus manos se movían por su piel, como cada parte de cuerpo ardía cuando lo tocaba. Podía sentir como él mismo estaba tocando todo lo que podía, desesperado, hambriento por más. No fue hasta que se quedaron sin aire que se miraron realmente.

Oliver tomó una nota mental de cómo se veía Percy, pelo desordenado, respirando agitadamente, la cara ardiendo, los labios rojos de la intensidad del beso y su pupila dilatada del deseo. Esa era una imagen que no deseaba olvidar.

El silencio inundaba el lugar, lo único que se podía escuchar era la respiración de ambos, rápida, agitada. Se quedaron mirando fijamente a los ojos, a escasos centímetros del otro.

—Creo que eso era un sí.— bromeó el castaño, sacándole una risa al pelirrojo.

—Por supuesto que es un sí, tontito. —dijo de manera juguetona para plantarle un beso en la mejilla.

—No me puedo creer que hayas dicho que sí.

— Y yo no me puedo creer que me quieras.

(⁠⌐⁠■⁠-⁠■⁠)

Wordcount: 754

Holaaa
¿Qué tal les pareció?
¿Quieren más historias cortas (⁠^⁠3⁠^⁠♪?
Tenía pensado hacerlo más largo pero se cortó la imaginación, y les llevo dando migajas ya por un mes :D

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