Dr. Lee Taeyong
Sujeto: Jisung
Esta era la parte más difícil: localizar a los chicos. Pero este muchacho... él sería el último. Entonces, el grupo estaría completo.
El Dr. Lee Taeyong tenía una pequeña red de científicos que entendían que lo que él intentaba lograr valdría todo riesgo. La mujer tras él, la Dra. Arbor, era nueva en el proceso. Era una residente en su segundo año que trabajaba directamente bajo las órdenes de David, un buen amigo de Taeyong.
—¿Edad? —preguntó Taeyong.
La joven muchacha sacudió la cabeza titubeante. —Por lo que podemos decir, alrededor de los seis.
Él estaba acostumbrado a esa clase de inquietud, porque lo que estaban haciendo era ilegal. Algunos dirían que hasta inconcebible. Taeyong lo veía como un mal necesario.
—Te prometo que esto es lo mejor para el chico —La tranquilizó —. Tiene que estar con personas como él, individuos que entiendan cómo satisfacer sus necesidades particulares.
Ambos miraron a través del vidrio hacia el muchacho sentado en la mesa. Estaba calmado en una forma en que ningún niño debería estarlo. Había cierta clase de calma en su postura que Taeyong solo había visto en francotiradores de la milicia y en animales depredadores.
—¿Está medicado?
Una vez más, ella negó con la cabeza.
—No. Cuando está solo, es como si simplemente se... apagara. Se retrae al interior de su cabeza. Es algo común en los niños que han aguantado la misma clase de trauma que él.
Taeyong lo había visto con anterioridad. Con demasiada frecuencia. El expediente del muchacho decía que lo encontraron cuando la policía respondió a una llamada por asesinato-suicidio.
Había estado atado al radiador por tanto tiempo que las marcas de la cuerda alrededor de su tobillo se habían convertido en un permanente anillo cicatrizado.
No era el único niño que habían encontrado en esa casa, cada uno estaba sucio, necesitado y desamparado. Pero los otros dos eran tan jóvenes que tendrían la oportunidad de tener una vida normal.
En cuanto a este chico, ¿A la edad que tenía? Ya un trastorno afectivo se habría apoderado de él. Y sabía por experiencia que era algo imposible de revertir.
Taeyong estudió la piel pálida y antinatural del chico, los ojos azules de la tonalidad de un lobo siberiano, y el cabello color negro tinta. Si lo pusieran en adopción, tenía una gran posibilidad de que lo escogieran casi de inmediato.
Tenía seis años, pero podía pasar por alguien mucho más joven. Las familias siempre querían a los niños blancos cuando eran pequeños, especialmente si eran chicos.
Soltó un suspiro. —¿Diagnóstico?
La Dra. Arbor cruzó los brazos sobre el pecho.
—¿El oficial? Trastorno negativista desafiante, trastorno de la conducta, trastorno reactivo del apego y trastorno de estrés postraumático.
—¿Y el no oficial?
—Muestra signos, en aumento, de psicopatía. Miente sin problemas, es encantador cuando quiere algo, es divertido y calculador. La forma inapropiada en que toca a los adultos indica un abuso prolongado.
No ha intentado activamente causarse daño o lastimar a alguien más, pero no muestra compasión con el sufrimiento ajeno. No es algo sorpresivo dada sus condiciones de vida.
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1. इति | Jιcнєη / Ƈнєηנι
Romantik|| Adaptación || Sinopsis dentro de la historia [Contenido +18]