"Nos da una Toña y una Imperial" || 🇨🇷🇳🇮

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Las discusiones no son algo necesariamente malo. Toda relación sana tiene sus desacuerdos, sus dudas y tensiones, mientras se sepan resolver mediante un diálogo donde todos obtengan lo que merecen. Todo en fin de cambiar una situación para transformarla en algo mejor.

Después de el pequeño altercado que hubo entre los centroamericanos, parece que un sentimiento de confianza ha florecido entre ellos. Ya no se sentían viviendo con un extraño, ahora se podrían considerar amigos.

Las comidas ya no eran silenciosas como antes, ahora hablaban de su día y comparaban experiencias, recordaban y aprendían. Sólo así pudieron llegar a conocerse de una manera no tan superficial. Por ejemplo; el tico se dio cuenta que el color favorito de el nica era el amarillo, mientras, el nicaragüense descubrió que Costa Rica no soportaba el sabor de las manzanas. Datos que eran para tener en cuenta para una mejor convivencia.
También, parece que Nicaragua por fin hizo amigos en el país; Los vecinos a los que les trabajó durante un tiempo. Eran dos jóvenes universitarios que rentaban la propiedad, los cuales se mostraron lo suficiente amables con el Nica para que este bajara la guardia y entablara conversación.

Costa Rica era alguien de pocos amigos, no en el sentido en que odiase toda interacción social, no. Él amaba hablar y hablar y hablar, solo que... nunca era el primero en empezar la conversación, por eso le era difícil iniciar una amistad. Además que si la lograba formar, luego de unos meses empieza a descuidar el contacto con estos y pronto se volvían desconocidos denuevo.

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Quizá la falta de interacción social lo haya llevado a esta decisión. Pero ahora que lo piensa, cree que está llevando las cosas muy lejos, pero ¿Cómo podría negarse? Si se lo pidieron tan amablemente. Además, sabía que la gran mayoría de hombres no tenían ni una sola pizca de sentido de moda en su sangre... Nisiquiera de moda, es que ni saber combinar colores o patrones sabían.

“¿Porqué tiene tan pocas cosas? No... no... con esta dará miedo, no. ¿Esta...? Es muy simple, pero puede ser.” El tico se encontraba rebuscando entre las pertenencias de el nicaragüense, sacando las pilas de ropa de una caja donde se han mantenido desde su llegada, básicamente, su closet. Ya tenía un grupo de ropa seleccionada de su lado izquierdo y a su derecho estaban las que ni quería considerar, como los 3 uniformes militares que este hombre se trajo por alguna razón.

Saca la última prenda de ropa y con eso sus opciones quedan limitadas a solo una pequeña porción. Antes de proseguir, guarda la ropa restante en la caja, tratando de no desdoblarla y dejarla acomodada, para de último bajar el paquete de el sofá para dejarlo en una esquina.

Manos a la obra. Con todas las prendas a su vista solo le toca escoger a las elegidas, pero cada combinación que logra hacer las ve tan simples, tiene que darle un toque, algo que lo destaque... Aunque el solo hecho de ser un gigante de 1,90 centímetros ya sea suficiente para llamar la atención de toda la sala. Se da cuenta que quizá le podría prestar algo, ¿pero qué? Camisas, no. Ni sabe si le entrarían por la cabeza siquiera. Pantalones, menos. ¿Gorro? No, en la noche no se usan. Y obviamente sus zapatos no era opción.

Lo que no notó el tico en su pleno estado de concentración era que su vecino había entrado a la sala, en las manos una toalla que usaba para secar su cabello y otra toalla abrazada a su cadera para cubrir su falta aparente de ropa. “¿Ya elegiste?” Resonó su voz y sacó al otro de su trance.

“No.” Contesta, dirigiendo su mirada al nicaragüense. Ijueputa, cómo mantiene esa figura si casi nunca lo ha visto haciendo ejercicio. Lo peor es que las cicatrices que tiene lo hacen ver como si fuera protagonista de terminator, no son muchas, no se ve grotesco... al menos la parte delantera era así. Ya que la espalda de este era...