La cena de esa noche fue... interesante.
Había una mezcla peculiar de tensión, rivalidad y hostilidad en las interacciones de estas personas, nada como una familia normal funcionaba, pero al mismo tiempo, todos eran claramente más cercanos de lo que serían los primos promedio.
Jimin observó la extraña dinámica familiar, fingiendo estar absorto en la comida, que estaba deliciosa. Siempre le había gustado la cocina italiana, por lo que realmente apreciaba la oportunidad de probar la auténtica comida italiana.
Franco y Sergio, los dos tíos mayores de Jake, conversaban exclusivamente en italiano e ignoraban por completo a Jimin, lo que sería bastante ofensivo si realmente fuera el novio de Jake.
Paolo y Gustavo, como la generación más joven, fueron lo suficientemente educados como para hablar en inglés, aunque a menudo se olvidaban de sí mismos hasta que Raffaele les recordó que hablaran en inglés; luego, le sonrieron timidamente a Jimin y volvieron a hablar en inglés. Fue interesante que ambos parecian respetar inconscientemente a Raffaele y escucharlo, a pesar de que no lo habían visto en más de una década. Pero, de nuevo, Jake Raffaele tuvo el mismo efecto en todos sus empleados, y no era de extrañar que sus primos no fueran diferentes.
Paolo era el primo más tranquilo mientras que Gustavo era más difícil de leer, pero ninguno parecía capaz de asesinar a su primo. De hecho, parecian sorprendentemente normales, pero, de nuevo, era muy posible que Jimin estuviera permitiendo que sus ideas preconcebidas sobre la mafia lo afectaran, y la vida real no se parecía en nada a las películas de Hollywood.
La cena estaba llegando a su fin cuando se escuchó el sonido de pasos que se acercaban. Un hombre entró en el comedor y todas las conversaciones se detuvieron.
—¡Taehyung! —Sergio exclamó antes de decir algo en italiano.
Jimin miró al recién llegado con curiosidad. Así que este era el infame Taehyung.
La fotografia no le hizo justicia. Era un hombre alto, su camisa de vestir azul claro abrazaba sus anchos hombros y su musculoso torso. Sus rasgos eran un poco demasiado afilados y angulosos para ser tradicionalmente guapos, como los de un depredador, pero era un hombre asombrosamente llamativo. Su cabello negro era abundante y seductor, peinado hacia atrás de una manera que solo las estrellas de cine de Hollywood parecian lograr, pero este hombre podía lograr ese look sin esfuerzo. Su atractivo era innegable; incluso Jimin podía verlo. Taehyung no era más guapo que sus primos, Jake y Gustavo eran más convencionalmente guapos, pero había algo en este hombre que llamaba la atención, algo intangible.
Jimin se movió un poco en su asiento, lo que pareció atraer la atención del hombre hacia él. Sus ojos grises parpadearon impasibles sobre él antes de moverse a Raffaele a la derecha de Jimin. Una sombra de emoción apareció en ellos por un momento.
—Jake, —dijo, su voz desprovista de cualquier sentimiento.
—Taehyung, —dijo Raffaele, igualmente reservado. Su mano tocó el brazo de Jimin. —Este es Nate Parrish, mi socio.
Jimin simplemente asintió a modo de saludo, ya que Raffaele tampoco se molestaba en levantarse.
Si Taehyung reconoció que en realidad no era Nate, nada lo traicionó.
—Un placer, —dijo, su voz suave y baja. Se sentó en el asiento vacío frente a Jimin y una criada comenzó a atenderlo.
El silencio reinó. Había una extraña especie de peso en el aire, algo expectante, casi cauteloso.
Solo Taehyung parecia inmune a la tensión, comiendo tranquilamente. El no estaba ajeno a ello; de nada. Este hombre era perfectamente consciente de la incomodidad en la habitación. Lo estaba disfrutando, Jimin se dio cuenta después de un momento.
