C A P I T U L O 2

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[Esta historia no me pertenece, todos los créditos a hi_tw1c3]

[***]

-¡Haces todo mal!- otro golpe.-Maldita sea, ¡no sabes hacer nada!- otro más.-¡Eres inservible!- Y muchos más hasta que llegó a un punto en donde no sentía nada.

Tal vez él tenía razón.

Tal vez ni siquiera debería de existir. En ese momento sólo pensé, ¿todo sería mejor si desaparezco?

-Me da tanto asco verte.- Otra patada más.-Levántate y vete, no te quiero ver aquí así que sal con tus amigos.- me empujó de una patada.-Si es que tienes.-

Con dificultad logré levantarme, tomé mi mochila y salí de la casa, ya afuera solté el llanto, y caminé, no sabía a dónde iba, solamente caminé sin rumbo. Estuve caminando por una hora hasta que llegué a un parque, ahí estuve unas horas y lloré hasta el cansancio, las personas pasaban ignorándome y eso me parecía bien.

Después de unas horas tomé mi celular y le escribí a Rosé. Sé que tal vez preguntaría, pero ella no es una persona que insiste tanto y me agradaba.

-Hola Byul.

-Rosie...- dije con la voz algo débil.-¿Puedo quedarme contigo?-

-¿Ah? ¡Sí! Claro, ¿quieres que vaya a por ti?, ¿dónde estás?- Logré escuchar el ruido de unas llaves, probablemente las de su auto.

-En un parque.- miré a mi alrededor.-No lo sé, estoy perdida.-

-Mándame tu dirección y no te muevas de ahí.

-Okay.- terminé la llamada y le mandé mi dirección, después de unos 20 minutos vi que bajaba del auto y corrió hacia mi.

-Mierda...- me tomó del brazo y me ayudó a levantarme.-Vamos.-

Subimos a su auto y me cubrió con una manta. El camino fue muy callado, en cada semáforo en rojo tenía su dura mirada encima de mi, se veía preocupada.

No debí de llamarla, soy una estúpida.

Al llegar a su casa como era de esperarse había mucho silencio, ella vivía con sus padres, pero se la pasaban viajando por trabajo. Así que cuando Rosé se sentía sola y yo no quería soportar a mi papá, venía a su casa y pasábamos tiempo juntas viendo películas, jugando videojuegos, etc.

-Siéntate, traeré el botiquín.- me ayudó a sentarme y cuando se aseguró de que ya estaba cómoda fue por el botiquín.

-Rosie...

-¿Si?- regresó casi corriendo con el botiquin en las manos y se sentó a mi lado.

-No hagas esto.

-¿Qué?

-Déjame así.

-¡Claro que no! ¿Te has vuelto loca?

-Déjalo así, lo digo de verdad.- dejé caer mi cabeza hacia atrás y solté un largo suspiro.-Estoy bien.

-¿Quién te hace esto? Lo voy a matar.

-No harás nada, ya basta.- cerré mis ojos intentando relajarme.-No vine aquí para que me cures, no lo necesito porque si estoy así es porque me lo merezco.-

-¡No, nadie merece ser golpeado de esa forma!- nunca la había escuchado gritar tanto.-¡Estoy segura que no sólo golpeó tu rostro!-

-Ya basta Rosé.

-¡Maldición Moonbyul! ¡¿Por qué no puedes dejar que te ayude?!

-¡Porque no necesito de tu ayuda ni la de nadie!- en este punto las lágrimas se hacían presentes en mis mejillas, tenía tantas emociones reprimidas que no sabía si lloraba por eso o por el horrible dolor que sentía en todo el cuerpo.

Rosé limpió mis lágrimas y me abrazó.

-No me digas nada, pero quiero que sepas que cuando estés lista para contarme, estaré ahí.

No lloré mucho, con las pocas lágrimas que había soltado era suficiente, no me gustaba llorar en frente de la gente. Eso me hacía ver débil, mi padre me enseñó eso a golpes.

Esa es su manera de enseñarme las cosas.

Durante el resto de la tarde nos quedamos viendo películas y uno que otro K-drama que Rosé había sugerido. Como siempre, ella se quedó dormida y yo decidí darme una ducha fría para intentar aliviar un poco el dolor.

Miré mi cuerpo semidesnudo frente al espejo de cuerpo completo que tiene Rosé en su cuarto y les juro que nada me había dado tanto asco, hasta que me vi.

Mi cuerpo rodeado de moretones, pequeños rasguños y unos más profundos que de seguro dejarán una cicatriz.

Me odiaba tanto, soy tan repugnante.

Dejé esos pensamientos de lado antes de empezar a llorar, me desnudé y entré a la ducha, aunque fue lo que llevaba evitando desde que llegué aquí no lo pude sostener más. Mis piernas temblaban al igual que todo mi cuerpo, mis piernas se debilitaron tanto que caí de rodillas al suelo y solté ese gran nudo que tenía en la garganta.

Dolía, dolía demasiado.

Mi llanto en este punto eran sollozos dolorosos. Me senté en el suelo, abracé mis rodillas y apoyé mi mentón en éstas para seguir llorando.

-Eres horripilante Moonbyul...- me repetí a mi misma.-Él tiene razón, no debiste haber nacido...- se me complicaba hablar y mi respiración era pesada.-Debería estar muerta.- dije entre el llanto.-Quisiera estar muerta...-

Love Me - MoonsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora