C A P I T U L O 4

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[Esta historia no me pertenece, todos los créditos a hi_tw1c3]

[***]

-¿Te irás conmigo hoy?

Lo pensé por un segundo, pero si lo hacía sería peor.

-No, me quedaré en casa, estaré bien.

-¿Te llevo?

-No, me iré caminando, gracias.- me despedí con un abrazo.-Nos vemos mañana.- Rosé se despidió, se subió a su auto y se fue.

Solté un suspiro sabiendo lo que se venía y comencé a caminar a mi casa. Al llegar no había nadie y me alegré, así que decidí hacer algo sencillo para comer.

Me senté a comer y revisé mi celular. Por curiosidad busqué el contacto de Irene y no fue difícil encontrarlo; "Irenee♥️". Una pequeña sonrisa se me escapó de los labios al ver el nombre que había puesto ella misma, pero esa sonrisa se borró al escuchar la puerta abrirse.

-Aquí estás.- se acercó a mi y me jaló del hoddie levantándome para quedar frente a él.-¡¿Dónde mierda crees que estabas?!- levantó su mano y me volteó la cara de una fuerte abofetada que casi me tumba a pesar de que él me sostenía.

-Tú me dijiste que me fuera.- respondí mirando a otro lado y con la voz entrecortada.

-¡Maldita mocosa malcriada!- volvió a abofetearme.-¡Me llamaron de la escuela!- mierda.-¡¿Malas calificaciones?!-

-¡Mi calificación más baja es un 75!- otra abofetada, ya no sentía mi mejilla.

-¡Me importa un carajo!- me tomó del cuello con fuerza.-¡Más te vale que subas tus calificaciones! ¡¿O acaso quieres terminar en las ruinas?!-

Estaba cansada de él.

-¡Yo no lo haré!- y sin poder soportarlo más, dije algo que tal vez me costaría mucho.-¡Yo no terminaré como tú! ¡Si seguimos viviendo bien es por mi y el dinero que dejó mamá! ¡Lo único que eres y siempre serás un alcohólico de mierda!-

Sentí un golpe tan fuerte en la cabeza y caí al piso donde empezó a golpear todo mi cuerpo con fuerza.

-¡¿Quién te crees que eres para hablarme así?!

Intenté cubrir mi cabeza con mis brazos mientras él seguía pateándome con fuerza, y sin poder aguantar las lágrimas empezaron a salir, los sollozos se convirtieron en gritos de dolor y de repente dejé de sentir.

Fue cuestión de segundos para que quedara inconsciente.

[***]

Desperté tirada en el suelo y el dolor no tardó en aparecer cuando intenté levantarme provocando que un gemido saliera de mis labios y caer al suelo de nuevo.

-Por fin despiertas.- con dificultad lo vi acercarse y me escondí como si de un armadillo se tratase esperando el golpe, el cuál por suerte no llegó.-Levántate y vete a tu habitación.- y con fuerza me tomó de los brazos y me levantó bruscamente haciendo que soltara un grito de dolor.-Cierra la boca y vete a tu habitación de una vez si no quieres quedar inconsciente una vez más.-

Con miedo de que cumpliera sus palabras, tomé mi celular y con dificultad subí a mi habitación cerrando la puerta con seguro.

Estoy segura de que nunca me había golpeado de esa forma, nunca había quedado inconsciente. ¿Por cuánto me desmayé? Revisé mi celular y vi que eran las nueve de la noche, probablemente estuve inconsciente por tres o cuatro horas.

En mis notificaciones vi algunos mensajes de Rosé e Irene, pero no tenía fuerzas para responderlos. Tiré mi celular a la cama y entré a mi baño, ahí me desnudé y entré a la ducha esperando que el dolor desapareciera, pero esta vez no lo hizo.

Sentía tanta impotencia, tanta rabia y muchas otras emociones, todas juntas, empecé a sentir una rara sensación en mi garganta y se volvió peor cuando vomité.

Odio tanto esa sensación.

Tomé la segunda regadera y limpié los lugares donde había salpicado. Mis manos temblaban, no sabía si era miedo, frío u otra cosa. Mi corazón estaba palpitando muy rápido y no podía respirar, todo mi cuerpo empezó a debilitarse y caí de rodillas al suelo. Puse mi mano en mi pecho intentando calmarme, pero era imposible, comencé a llorar y sentía que me ahogaba.

Nunca había sentido esto, era horrible.

Cuando por fin pude calmarme me duché, mi cuerpo dolía con cada movimiento y tuve que revisarme para asegurar de que no tenía nada roto, fue algo que tuve que aprender por mi cuenta. Salí de la ducha y me puse la ropa más holgada que tenía y después me recosté en mi cama.

Quería seguir llorando, pero ¿de que me sirvía? Además ya ni siquiera siento que pueda seguir llorando, incluso ya estaba exhausta de eso.

Me senté en la orilla de la cama y saqué el pequeño botiquín que tenía en mi mesita de noche. De ahí saqué todo lo que iba a necesitar y me paré frente al espejo.

Puse pequeñas vendas donde fue necesario y saturé las pequeñas cortadas que también tenía, aunque evité hacer eso en mi rostro, que gracias a que lo protegí con mis brazos sólo tenía un pequeño golpe en el labio.

Me volví a recostar en mi cama y cerré mis ojos intentando dormir, esperando despertar de esta pesadilla o mejor aún, no despertar nunca más.

Love Me - MoonsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora