Golpeando a un molesto titán.

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ZEUS


Fue el pensamiento de cierta fémina presente también en la sala, observando al mencionado con ojos calculadores, resentidos y doloridos, pues el que le había jurado amarla y protegerla para toda la eternidad fue el que se la comió sin contemplación alguna. Ella se golpeaba a sí misma porque no podía creer como cayó en un truco tan estúpido, no podía creer que en verdad lo hizo y las consecuencias no fueron las mejores.

Ahora miraba como el hombre que en un principio amo y con quien peleo en la guerra contra Cronos, estaba con otra mujer y no era nadie más que su maldita hermana Hera. Esa perra desgraciada, ella echaba humo de la boca por solo recordarla, y como no si desde que la vio por primera vez supo que esa bastarda solo traería problemas y vaya que razón no le falto, si las tantas cosas malas que había escuchado sobre ella era algo a destacar. También se enteró de lo que hicieron los demás hermanos y realmente le decepciono, literalmente se jodieron los culos con tal de vencer a Cronos para que Zeus fuera el nuevo líder y remediara todos los errores de su padre maldito, pero resulta que cometieron una equivocación, lo único que hicieron fue cambiar a un horrendo gobernante por otro. Y esa era una de las más grandes humillaciones que pudieron hacerle, porque aun con toda su inteligencia y planes no pudo predecir el desenlace de todo esto en el futuro.


¿Por qué las cosas terminaron así?


Vali: Qué horrenda experiencia tuvo que haber sido esa— comento el Lucifer y portador del dragón emperador blanco con una cara de asco, ver a los hermanos griegos ser escupidos como que si de vómito se tratase no fue una vista bonita.

Kuroka no lo soporto y vomito en un cubo que le habían ofrecido para momentos como este, y vaya que lo necesito.

El descendiente del rey mono, aunque no tan afectado como su compañera también sintió repulsión por lo visto, pero recordando lo de antes se calmó y de hecho pensó en cosas mucho mejores, como en el comportamiento del rey del inframundo.

Y sin ser el único, la mayoría, por no decir todos tenían sus líneas de pensamientos en torno al dios de Grecia, que no podría importarle menos, era lógico que reaccionaran así y no le importaba, pues en lo que a él respectaba esto iría para largo. Cerberos no lo apreciaría de seguro.

Hazel(nerviosa): ¿Padre, en que piensas?

Hades vio a su otra hija que se había unido junto a Nico y Bianca, sonrió ante eso por lo tan improbable que hubiera sido esa situación en el presente, pero ahí estaban sus hijos en el mismo lugar junto a él y su esposa. Sí, Perséfone ya los había aceptado desde hace un tiempo, aunque no fue fácil porque técnicamente su marido le fue infiel, las cosas eran más complejas que eso. El albino si se hacía siempre responsable de sus acciones, ya fueran buenas o malas y eso ella lo apreciaba, otra razón por la cual lo amaba con locura. Además que a diferencia de los mortales, los dioses habían hecho esto innumerables veces.

El dueño del perro de 3 cabezas era devoto a su esposa y familia, sus hijos no eran más que una bendición y tampoco debía olvidar a Melione, la cuarta hija que se encontraba presente junto a ellos. Estaba más decir que el hijo de Rea amaba a su hija y visceversa. Al final a pesar de malos entendidos, peleas y una que otra situación embarazosa se perdonaron y siguieron adelante, porque ninguna pareja podía estar exenta de problemas y eran más unidos que nunca. 

Y Perséfone tenía el mejor esposo y relación de toda Grecia, no como otros...

Hades: En lo feliz que estoy en tenerte aquí, hija mía— le dijo a una Hazel roja de vergüenza, pero también sumamente feliz, con unas cuantas lágrimas que su padre limpio con delicadeza.

Reaccionando a Hades el rey del inframundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora