Temporada 1, Episodio 4

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Se encuentra a un gato rosado de ojos saltones y unas gafas de ensamblaje en su frente, disfrutando de un gran plato de cereal, sus cucharadas en el recipiente son muy rápidas, tanto, que llega a tirar gotas de leche sobre la mesa. El mantel de cuadros rojos y blancos empieza a verse opaco, debido a la humedad, pero también el piso de losas blancas se torna más brilloso con los charcos del líquido.

—Buen día Machi—saluda Osty, un oso blanco con un traje y capa color morado, en medio, cuenta con un emblema de una silueta de un oso de felpa encerrado en un corazón.

—Ñam ñam ñam, buen día Osty—respondió el gato rosado tratando de descuidar lo menos posible su actividad

—Oye, esto es un desastre—Reprocho el oso poniéndose las manos en su cintura.

—Perdón, en un momento lo limpio ñam ñam ñam

—Viéndolo bien, eso no es lo único que me preocupa, esa no es una buena forma de comer

—¿Pues cómo?—preguntó el gato y miró hacia la pantalla con una sonrisa cínica

—Ah mira, ¿Ratones de azúcar súper crujientes?, Esto es una basura, a lo mucho deberías comer un plato al año—Dijo Osty y le puso la caja del cereal en la cara.

—Pero oye—apartó la caja— ya voy por el quinto, tengo cinco años extra para vivir.

—No te voy a preguntar cómo llegaste a esa conclusión, me temo que te tendré que enseñar lo que en verdad puede hacer que tengas tus cinco años de vida extra.

—Super—Machi eructa fuertemente desde su silla frente a Osty.

Tú y yo nos reímos. Tras concluir el episodio de ese día, en la cena, dónde mamá nos había preparado un rico espagueti, yo hice frotar la pancita de mi peluche de Machi.

—Nom nom nom, que rico se ve el espagueti—dije con una imitación muy mala de la voz del personaje.

—Bobo, si sigues así, tu panza gigantesca va a explotar—respondiste sin siquiera intentar replicar la voz de Osty—debes seguir una buena dieta como yo.

—Niños, ya les dije que a la hora de comer no se deben traer a sus muñecos, más tú Néstor, tuve que comprar otro jabón para poder lavar el hocico de tu gato.

—Si mamá—agache la cabeza— ven Rosa, vamos a dejarlos en el sillón,—luego te voy a traer chocolate —le dije a la oreja de mi Machi

Machi y Osty: Un dúo inseparableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora