Rescatado

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Nos hemos embarcado en una misión en dónde solo éramos él y yo, ¿En qué consistía? Seguir al desdichado de tu exnovio, no había sabido mucho de él desde tu funeral, una que otra vez que lo veía por la calle y los relatos de gente cercana a él. Uno de los más recientes miembros, en una cena con uno de mis otros amigos, donde mi amigo lo invitó a pasar el rato con nosotros, me hizo saber que era un gran colega suyo, pero que de la nada cortó toda comunicación, eso fue meses antes de que se uniera.

Empezamos por el lugar más obvio, su casa enfrente del parque, y en efecto, sigue viviendo ahí, no sale mucho, aunque sus padres estén ausentes, su abuela siempre está en casa. Sale a trabajar a la tienda de electrodomésticos, no lo había notado jamás, no hay nada mejor escondido que lo que está en tus narices.

Así fue por un tiempo, da pinta de que no tiene una rutina establecida, no sé si su jefe es muy flexible o muy imbécil para seguirle dando trabajo. Trabajo, casa y la panadería es lo que frecuentaba.

Tras un par de meses de seguimiento, vimos que la anciana había salido con maletas y se subió a un taxi, me doy mucho a las suposiciones, creo que en cierto punto no es bueno, pero entendí que eso significaba que salió de viaje a algún lugar como su pueblo natal. Cerca de concluir ese día, le dije a la ahora nueva persona a cargo de la pandilla que podría hacer uso de su puesto a partir del día siguiente.

Hace no mucho, 11 PM irrumpí en la casa del mal nacido, traje conmigo un taladro, hice un agujero en el marco de la ventana del primer piso, ya sabes, esa clase de ruidos no son tan extraños, has de recordar las veces que nuestros vecinos se ponían a arreglar cosas alrededor de estas horas, introduje un alambre, tras unos minutos conseguí girar la manivela y accionar el mecanismo de apertura. Me introduje en la sala, lo más sigiloso que pude, en cuclillas con las piernas separadas, tomé un cojín del sillón en la sala, me dirigí a su cuarto en el segundo piso, abrí la puerta lentamente, estaba dormido, con una posición algo extraña, torcido.

Puse el cojín en su rostro,él empezó a mover sus brazos de forma elíptica.

—Muere hijo de perra—susurré mientras forcejeaba.

Entonces voltee a mi izquierda y lo vi en la repisa, era tu Osty, le habías dado las cosas más íntimas de ti, tu peluche y tu candidez. Todavía recuerdo la noche en que me lo contaste, estaba cerca de dormirme, pero tu bajo llamado me hizo no cerrar los ojos, me contaste que te habías entregado a él, que en ese momento se volvieron uno. A pesar de que el cuarto se encontraba en la penumbra, podría jurar que vi un claro brillo en tus ojos al compartir conmigo eso.

Paré hasta que noté que ya no oponía alguna fuerza, revise su pulso, había muerto, tomé el juguete, baje por las escaleras, tome mi alambre y el taladro, me marché por donde entré y lo cerré, pude llegar a casa, deje el taladro y el alambre votados en el sillón pequeño al lado de la entrada hacia el pasillo, entre a mi habitación, que por un tiempo también fue tu habitación, tomé mi muñeco de Machi, salí de nuevo, me colé en el cementerio , saltando el muro para luego pasar por las desgastadas y rotas rejas, en fin, tampoco es que exista un buen botín en éste sitio y aquí estoy, dejándote esta carta.

Sé que no te volveré a ver, estarás disfrutando del paraíso mientras yo me pudro en el infierno, es chistoso, para llegar ahí, primero tengo que estar cerca del cielo.

Atentamente: Tú querido hermano Néstor.

Atentamente: Tú querido hermano Néstor

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Machi y Osty: Un dúo inseparableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora