CAP10

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Los siervos que custodiaban el aposento de la reina temblaron cuando vieron a su majestad dirigirse hacia ellos, La imponente presencia del rey de inmediato los obligó a que bajasen la mirada y se pusieran a su disposición.

–Abran las puertas.

La orden fue clara, con un tono demandante propia del rey, pero esta vez no solo fue eso; el enfado se podía percibir en cada letra de la frase pronunciada así como en su semblante peligrosamente serio.

Obedientes, los siervos acataron la orden de inmediato, dejando que su majestad pasase a la pieza de la reina junto a su aura imponente. Se miraron sigilosamente entre ellos, preguntándose la razón del enfado del rey.

El rey Jeon recordaba con gran amargura las palabras dichas por, en ese entonces; su favorita. Nunca tuvo intensiones de olvidarlo y lo recordó siempre para seguir envenenando su alma de odio y rencor hacia su primer consorte, pese a que llevaba mucho tiempo creyéndolo muerto junto a sus hijos.

Sin embargo, Park Jimin y sus príncipes estaban vivos y su versión escalofriantemente traumático no coincidía en lo más mínimo con lo que Jieun dijo alguna vez.

–Su majestad – ella corrió a recibirlo, pero al llegar junto a él, un fuerte golpe sobre su rostro la hizo desestabilizarse y casi caer al piso, se agarró la mejilla lastimada con el semblante completamente sorprendida y los ojos acuosos, tragó grueso y miró hacia su doncella ordenándole salir junto a la princesa.

–Saca a Minji de aquí ¡Rápido!

–Ma-mami.

–Ve con Shuasa hija mía.

Cuando ambos se quedaron solos, Jieun levantó la mirada enfrentando a su marido, el rey.

–Quisiera saber cual fue el motivo, su majestad.

–Repite lo que una vez dijiste sobre mi primer consorte.

Ella se quedó quieta por un momento, analizando la orden del rey, así como aquel título que llamó demasiado su atención y por lo mismo no le agradó.

–No existe un primer consorte, su única consorte soy yo. Su majestad debería ser más claro.

–¡Jieun! ¡te estoy dando una orden!

Ella tembló, sin embargo, no se permitió mostrarse débil ante el rey, ella no era como Park Jimin.

–Si se refiere al rey al que usted mismo le quitó el título, exilió y privó de su libertad…

–No juegues conmigo – Jungkook se abalanzó sobre ella, le presionó las  mejillas ejerciendo presión con una sola mano y la miró directamente a los ojos – si descubro que todo fue mentira, no tendré piedad de ti – la liberó bruscamente.

–Usted es inteligente mi señor, yo no cambiaré mi versión y la sostendré frente a quien sea.

–Bien, acompáñame entonces.

Con cada paso que daban, los nervios cada vez se hicieron más intensos, la reina no la estaba pasando nada bien en aquel trayecto, el silencio era ensordecedor y las paredes parecían susurrar verdades ocultas, hasta que un grito ahogado de su parte rompió todo.

–¡¿Qué-qué pasó?!– señaló el desastre que un grupo de sirvientes estaban encargándose de limpiar. Las manchas de sangre sobre las alfombras eran persistentes, por lo que tuvieron que removerlas para cambiarlas por otras nuevas, mientras otro grupo se encargaba de lavar las paredes – ¿quién hizo esto? ¡las pagará!

–Dudo que pienses igual después de ver lo que te espera.

Jieun no entendió lo que el rey quiso decirle, pero cuando la puerta principal del palacio se abrió, una ola inmensa de miedo se apoderó de ella; toda la guardia real del palacio de Sábala yacían de rodillas siendo amenazados con una espada a la altura de sus cuellos.

Miró a los responsables y caminó hasta pararse frente al rey de Dakur.

–¿Qué significa esto su majestad?

El rey Park la observó por un breve instante, para luego dirigirse al rey Jeon pasando de ella con toda intención.

–¿Dejas que tus esclavos tengan tal osadía, rey Jeon?

La indignación de la reina fue instantánea.

–¡No es una esclava la que está frente a usted. Soy la reina, la reina de Sábala! – gritó evidentemente enojada.

–¡Jieun! – la reprendió el rey Jeon, para después dirigirse al rey visitante – rey Park, mi reina merece el respeto que su mismo título le otorga.

Park Taehyung observó una vez más a la llamada reina de Sábala, esbozó una risa socarrona y miró hacia su hermano, Park Jimin le devolvió una media sonrisa antes de volver a poner su atención en todos los hombres arrodillados en el patio real del palacio.

–¿Pides que respete a una esclava, Jeon? – inquirió el rey de Dakur con burla en su tono de voz – Una esclava que usurpó el trono de mi hermano, ¿debe ser respetada por mi? ¡Yo nací siendo un príncipe, soy el hijo del mar y la brisa de todo Dakur. Recibí veneración incluso antes de mi nacimiento. Nací siendo un príncipe y moriré siendo un rey, ¿y tú osas a pedirme respeto para una esclava convertida en reina a precio de la sangre de mi hermano? Esto es un insulto claro está.

–Los asuntos en mi reino, no se manejan como en su reino, rey Park – el rey Jeon trató de disipar la tensión, a pesar de la rabia que tenía acumulándose en su interior – la reina posee una versión interesante de los hechos ocurridos hace más de ocho años.

–Es evidente rey Jeon – Park Jimin habló esta vez, giró sobre sus talones y miró al rey Jeon directamente a los ojos  – que no tomaré en cuenta las palabras de quien más se benefició con mi desgracia – sonrió con sorna – ¿y se hace llamar inteligente?

El rey de Sábala hizo además de responder a la clara ofensa a su intelecto, pero el rey Park lo interrumpió deliberadamente.

–Vayamos directo al grano – hizo una señal hacia YoonGi, él de inmediato se acercó y extrajo un rollo de papel de la manga de su vestimenta, la desenvolvió y mostró a todos, mientras el rey Park empezó a explicar de que se trataba – ¡Esto es un tratado, ambos reinos dejarán su sello en el con la promesa de no iniciar una guerra, siempre en cuando ambas partes cumplan con lo estipulado!

La guardia real de Sábala fue liberada tras el comunicado. Todos empezaron a recoger sus espadas con la cabeza gacha sufriendo la terrible humillación. Por otro lado, los reyes de ambos reinos caminaron de regreso a la sala del consejo.

–Estamos en gran ventaja justo ahora, con una orden mía todo esto será tuyo, hermanito.

Jimin sonrió ladino ante las palabras susurradas por su hermano el rey, sonaba tan tentador. Todo Sábala estaba desprotegido y eran los únicos conocedores de tan importante información, y sería cuestión de una sola noche acabar con todo esto. Pero él no quería un reino destruido, no quería volver a tener una corona manchada con la sangre de su pueblo sobre su cabeza.

–Paciencia mi querido hermano – pidió entonces, muy seguro de que todos esos años en los que se dedicó a idear su plan, le darían buenos resultados.

El sello de ambos reinos quedó plasmado en el tratado de paz, asegurándose así la estadía del príncipe Jimin de Dakur y sus acompañantes en el reino de Sábala.



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–¿Te gusta este lugar hermano? Si no es así, puedo pedirle al rey Jeon que te de uno mucho mejor.

Jimin rio divertido, una risa melodiosa que se vio reflejada en sus pómulos altos y rosáceas. El rey Taehyung se quedó quieto, observándolo.

–¿Qué?

–Creí que nunca más volvería a verte sonreír así. Creí que te habían matado para siempre.

–Lo hicieron – aseguró Jimin cambiando inmediatamente su semblante a uno completamente serio – el Park Jimin del pasado murió hace mucho tiempo, ya nada queda de él.

–Hermano…

–Basta, ese ser inútil y débil no existe más.

–No era inútil ni débil, era luz…

–¡¿Y de qué me sirvió eso?! ¡Dime! Solo me lastimaron y pisotearon a su antojo, me marchitaron, me mataron… ¡Pero yo soy Park Jimin, el príncipe de Dakur y me levanté de las cenizas, juro por lo más sagrado que tengo que nadie más volverá a pasar sobre mi, nadie más volverá siquiera a mencionar mi nombre sin mi permiso! Y voy a recuperar lo que es mío.

El rey de Dakur asintió, aceptando las palabras de su hermano menor, pues este había hablado desde lo más profundo de su ser, ese que había quedado destruido y envenenado para siempre.

La puerta se abrió y por el ingresó YoonGi, caminó despacio hasta pararse frente a su señor.

–Los príncipes ya están instalados en sus aposentos, su majestad. El rey Jeon insistió en quedarse con ellos y me ordenó salir, lo siento.

Jimin suspiró.

–No te preocupes, mis hijos saben que hacer – dijo muy seguro – en cuanto a usted su majestad – esta vez se dirigió a su hermano – su misión ha terminado, a partir de ahora esto es mi guerra, cuando la gane me aseguraré de cumplir con mi palabra.

–Bien, mis hombres y yo regresaremos a Dakur mañana a primera hora.

El rey Taehyung salió del aposento de su hermano dejándolo en compañía de su fiel sirviente, se dirigía a su propia pieza cuando se cruzó con el rey Jeon.

–Me ha dicho YoonGi que te quedaste con los príncipes un momento – lo interceptó al ver las intenciones que tenía el rey era ignorarlo deliberadamente – yo que tú, lo pensaría dos veces antes de volver a quedarme a solas con los príncipes, Jeon. 

El rey Jeon sonrío con sorna.

–También son mis hijos. No tengo intenciones de lastimarlos.

–De hecho, mi preocupación no era por ellos – Taehyung palmeó el hombro del rey – era por ti.

La confusión en la cara del rey Jeon no se hizo esperar, Taehyung rio negando con la cabeza y lo miró con lástima.

–De hoy en adelante duerme con una daga bajo tu cama, Jeon. Para esos niños no eres más que el hombre que los desterró junto a su padre doncel – tras la advertencia, Taehyung prosiguió con su camino.

Todos los pasos a dar eran más que perfectos, incluso algunas pisadas se darían sobre charcos de sangre, pero eso a nadie le importaba porque Park Jimin lo tenía todo calculado.

Así como las notas agudas emitidas por aquella flauta dulce que tocaba cerca a su ventana, en compañía de la luna y las estrellas. Sus dedos eran ágiles, cubrían los agujeros precisos creando una entonación celestial, tan ligera y suave que nadie podría imaginar que tan bella melodía era el llamado al terror.

“Uloe”

El graznido del halcón se escuchó cerca, así como el sonido de su majestuoso vuelo al cortar el viento.

Park Jimin sonrió ladino.

–Es hora del siguiente paso, YoonGi…






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El cap 10, listo. Nos leemos pronto.

"CAPTIVE" Reyes De Sábala (Kookmin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora