—¿Jungwon? ¿Estás ahí? —se escuchó una débil voz del otro lado de la puerta.
El mayor introdujo la llave.
—Aléjate de la puerta, la abriré. —Segundos después, ya se encontraba adentró de la casa de los Choi, frente a su misterioso hijo; Kim Sunoo.
—H-hola.
—¿Por qué traes esa ropa? Es muy grande para ti.
—No tengo ropa linda, todo esta sucio.
—¿Por qué? —se atrevió a preguntar.
—H-hay respuestas que no te las puedo dar, todavía no.
Jungwon asintió, aunque no estaba tan convencido, y cerró la puerta.
—¿Que haces todo el día aqui? ¿No le temes a la oscuridad?
—Me acostumbré a la oscuridad, no es tan mala como parece, me da paz y tranquilidad comentó. La luz me da miedo, significa que algo malo va a pasar.
—Por qué la luz significa algo malo? Mayormente las personas la relacionan con algo bueno, ¿por qué tú lo relacionas con algo malo?
—No sé.
—¿Cómo que no sabes?
—Simplemente no lo sé...
—Eres raro —soltó sin filtro, pero de inmediato se arrepintió, al ver los ojos llorosos del menor. —Lo siento, yo...
—Tú eres malo. —dijo con enojo.
Jungwon frunció la cejas.
—Te pedí perdón.
—Me lastimaste.
—Fue sin querer.
—No, no lo haces sin querer, dijiste eso sabiendo que puede lastimar, ¿no?
Jungwon agachó la cabeza y asintió avergonzado.
—Entonces no fue sin querer, ¿sabes? Muchas personas hacen cosas que saben que estan mal, que pueden lastimar o que pueden traerán consecuencias negativas, y una vez el acto se realizó, recién ahí se arrepienten.
—Y sí me equivocó... ¿Qué puedo decir o hacer para mostrar mi arrepentimiento?
Sunoo se sentó en el suelo, cruzando sus piernas, y luego, invitó a Jungwon a que copié sus acciones.
Eso le pareció un poco extraño al mayor, más decidió no decir nada y sentarse junto a él.
—Depende.
—¿De qué?
—De lo que tú consideres error.
—No entiendo, Sunoo.
El nombrado bufó.
—Una equivocación es hacer algo que tú crees que esta bien, pero que tú no sabes que eso en realidad está mal, cuando tú haces algo sabiendo que está mal no es una equivocación, ni un error, es una decisión que tomaste sabiendo que estaba mal y lo que podría ocasionar.
—Wow... Nunca tuve una charla tan... tan... así. —Jungwon lo miró con una sonrisa. —¿Quién te ha enseñado eso?
—Mi hermano, él siempre decía que las personas no se equivocan, toman decisiones malas. Él era muy inteligente y siempre me enseñaba muchas cosas, todo lo que sé es gracias a él.
—¿Era?
Kim bajó la cabeza.
—Murió, cuando yo tenía 11 años.
—¿Y tus papás?
—Nunca tuve.
—¿Y los señores Choi?
—Haces muchas preguntas.
—Me gusta saber todo.
—Me di cuenta.
—Sunoo.
—¿Qué?
—¿Tú hace cuanto vives aquí?
—Hace casi 6 años.
—¡Lo sabía!
—¿Q-qué? —preguntó confundido.
—Siempre te veía, o sea, tu sombra, a veces cuando estaba afuera sentía que miraban y cuando volteaba a ver la cortina se movía, eras tú.
Sunoo asintió, y dejó de mirar al mayor para ocultar su sonrojó.
—¿Por qué nunca me hablaste?
—No podía.
—¿Por qué?
—Es una larga historia, te la cuento otro día.
¿Otro día? ¿Acaso esto volvería a suceder?
—Okey, me tengo que ir... Pero mañana puedo venir, ¿quieres?
—Sí.
Se levantaron del piso, Sunoo lo acompaño hasta la puerta y ahí se despidieron.
Sunoo volvió a su habitación y Jungwon a su casa.
Se asomaron a la ventana, y se despidieron nuevamente, para ahora sí, ir a dormir.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
