8 años más tardes.
Se sentía raro volver a Corea después de tanto tiempo, y aunque no todo estaba cambiando, si habían bastante cosas nuevas, incluso el departamento que compartía antes con Jungwon y su mamá ya no existía.
Jungwon...
De él no sabía nada, nunca volvió a hablar con él.
Lo extrañaba, y esa era una de las razones de su visita, quería volver a verlo, contarle las cosas buenas que le habían pasado y como mejoró gracias a la terapia, aunque la razón principal de su regreso no era ninguna de las anteriores.
Sunoo en todo este tiempo, no pudo deshacerse de aquel conjunto de sentimientos tan lindos que tenía por Jungwon, de los sentimientos que en algún momento dudo de su veracidad, hoy ya no había dudas, estaba seguro de lo que sentía, le gustaba Jungwon, y deseaba que aún Jungwon siga gustando de él, porque le gustaría intentar tener algo con el mayor, aunque no se molestaría si Jungwon ya no lo quería, le dolería, pero no reclamaría.
Aunque él gran problema ahora era encontrar a Jungwon. ¿Dónde podría estar?
Se sentó en unos de los bancos que había en el jardín, y cambio de lugar su mochila, colocándola en frente suyo. La abrió y sacó de ella el taper con comida que había llevado. Era hora de comer, su hermano le dijo que no debía saltarse las comidas, porque eso podría causarles problemas, así que él siempre se encargaba de comer las comidas en sus horarios.
El día estaba nublado, había viento y hacía frío, las nubes le impedían al sol iluminar a la cuidad, el clima generaba un ambiente melancólico que lo hacía sentir bastante solo. Aunque hacía mucho frío, había muchas personas circulando. Sunoo supuso que se debía a la primera nevada, ya que había leyendas que esta traía o quizás simplemente a las personas le gustaba salir con los días así.
Sintió un toque en su hombro, y levantó la cabeza para ver de quien se trataba, pero cuando vió quien era se quedó paralizado, todo su cuerpo se paralizó y no podía articular ni decir nada.
Su corazón comenzó a latir con fuerza, y esos sentimientos que tenía empezaron a golpear fuertemente su pecho.
—¿S-Sunoo?
Jungwon se sintió como un idiota al darse cuenta de que no sirvió de nada intentar conocer a personas nuevas, no sirvió de nada todas esas citas que tuvo o aquellos intentos de superarlo, los sentimientos se hacían presente nuevamente y alteraban a su corazón.
—¿Eres tú? —le pregunto Sunoo.
Jungwon asintió, e iba decir algo, pero Sunoo no le dio tiempo, porque se levantó rápidamente del banco y lo abrazó.
El mayor correspondió al abrazo, y se mantuvieron así por unos minutos.
Se habían extrañado.
—Que bueno es verte nuevamente. —comentó Jungwon, separándose. —¿Cómo has estado?
—Lo mismo digo, estuve bien, y estoy feliz de verte de nuevo, muy feliz.
—Yo también lo estoy, Sunoo.
—¿Tienes pareja? —interrogó el menor, y Jungwon negó. —Necesito decirte algo.
—Te escucho
El menor suspiro, luego de unos minutos agarró las manos de Jungwon y lo miró a los ojos.
—Me gustas, Jungwon. —reveló, y el nombrado miró sorprendido. —No te imaginas lo feliz que estoy de poder decírtelo, de decirte con tanta seguridad que me gustas, te quiero, y no se debe a ninguna dependencia, ni nada, es real.
Sunoo hizo una pausa, y soltó las manos contrarias para poder limpiar las lágrimas que se deslizanban por su rostro.
—Estoy feliz, estoy muy feliz de encontrarte, y poder decirte esto personalmente, poder decirlo, poder sentirlo, de poder querer, de poder sentir el amor del cual todos hablan, y no me importar si no me correspondes, lo entendería, no espero a que lo hagas, solo quería decirlo.
Jungwon le sonrió y con sus manos limpió las lágrimas de Sunoo.
—Me robaron tantas cosas. —continuó. —Que por mucho tiempo creí que nunca podría querer a alguien, pensaba que al estar sucio y usado las personas nunca me iban a querer así, pensaba que nunca iba a poder querer a alguien por la suciedad que tenía, porque... No sé porque pensaba tantas cosas feas, no me creía capaz de querer a alguien, de amar, el amor estaba tan lejos de mí, pensé que personas como yo nunca tendrían una vida como personas como tú, pero ahora... estoy aquí, ya no tengo miedo, Jungwon, ya no me siento sucio.
—¿Puedo besarte? —preguntó Jungwon.
Sunoo le sonrió y sin pensarlo dos veces, agarró el rostro de Jungwon y lo acercó al suyo, para que sus labios se juntaran en un beso, un beso esperado por ambos.
Aquellos sentimientos que estaban guardados estallaron, creando una euforia muy fuerte que comenzo a recorrer sus cuerpos. Sus corazones bajaron la velocidad de sus latidos y se relajaron.
—Se mi novio, Sunoo, por favor, te voy a hacer feliz, lo prometo. —pidió Jungwon, juntando sus frentes.
—¿Crees que viene a Corea solo para decirte que me gustas?
—No te dejaré ir de nuevo.
—No tengo pesando irme, ahora que tengo a mi novio aquí.
Jungwon volvió a sonreír, y también volvió a besar a Sunoo.
Ambos se dejaron llenar por esa felicidad que brindaba el momento y por aquel sentimiento eufórico que las personas llaman amor.
Ahora solo les quedaba ser felices, porque lo merecían, porque el arcoíris por fin salía, y el sol les sonreía desde lo alto, porque los días buenos estaban por venir, y lo mejor de todo, es que iban a estar juntos porque si sus sentimientos se mantuvieron por 8 largos años sin alguna interacción, nada podría romperlo.
Su amor iba a ser eterno.
—Nick
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𝗩𝗲𝗰𝗶𝗻𝗼 𝗶𝗻𝗰ó𝗴𝗻𝗶𝘁𝗼 🍃 𝗦𝘂𝗻𝘄𝗼𝗻 🗯️
Разное𓍢ִ໋🌷͙֒. 𝘠 𝘧𝘶𝘦 𝘱𝘰𝘳 𝘤𝘢𝘴𝘶𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘰 𝘷𝘪ó, 𝘢𝘲𝘶𝘦𝘭 𝘮𝘢𝘳𝘵𝘦𝘴 𝘭𝘭𝘶𝘷𝘪𝘰𝘴𝘰. 𝘌𝘴𝘦 𝘥í𝘢, 𝘑𝘶𝘯𝘨𝘸𝘰𝘯 𝘥𝘦𝘴𝘤𝘶𝘣𝘳𝘪ó 𝘢𝘭𝘨𝘰, 𝘮𝘦𝘫𝘰𝘳 𝘥𝘪𝘤𝘩𝘰 𝘢 𝘢𝘭𝘨𝘶𝘪𝘦𝘯, 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘢𝘥𝘪𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤í𝘢. ˚ ༘♡ 🥝⋆...