¿𝚂𝚄𝙶𝙰𝚁 𝙳𝙰𝙳𝙳𝚈? - 𝙲𝙰𝙿𝚃. 𝙹𝙾𝙷𝙽 𝙿𝚁𝙸𝙲𝙴 (𝟸)

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La cena transcurrió realmente tranquila y agradable.

El tema de conversación nunca se terminó. A pesar de que las historias de Price fueron principalmente acerca de todo lo que había vivido para convertirse en capitán, y las tuyas eran evidentemente recientes, no hubo ningún momento aburrido entre ustedes.

Te sorprendiste bastante al notar el buen match que hacias con el británico. Realmente no te lo esperabas y te arrepentiste de no haberte presentado a la idea de conocerlo mejor mucho antes.

Después de esa excelente comida y unas cuantas copas de champagne, salieron del restaurante. Claro, el caballero no te dejó pagar ni un centavo, y tal cual desde que se reunieron en el estacionamiento, siempre tuvo todo tipo de atenciones contigo.

Saliendo de allí decidieron dejar el auto estacionado en cierto punto y caminar un rato. Aunque querías presentar la iniciativa de tomar su mano, se te adelantó y el mismo lo hizo, entrelazando sus dedos con los tuyos, provocandote un escalofrío ante la nueva sensación de esa cercanía tuya con él ahora.

—¿Siempre quisiste servir en el ejército?.— te preguntó mirándote atento, sujetando tu mano suavemente mientras caminaba a tu lado.

—No lo sé. Fue algo que me surgió.— respondiste encogiendote de hombros.

Enlistarte no había sido tu primera opción, pero ahora sí que no te arrepentias de haberlo hecho.

—¿Y tú? ¿Siempre quisiste ser Capitán?.— cuestionaste dandole una sonrisa cálida, que él te devolvió.

—Siempre quise servir a mi país. Realmente quería hacerlo.— asintió aún con la sonrisa dibujada en el rostro. —Podrias obtener mayor rango si quisieras. Eres joven. Aún tienes mucho por delante.—

—Decir eso no te deja en una buena posición.— comentaste para después soltar una risita y recargar tu cabeza en su hombro unos segundos, sin interrumpir su caminata.

—¿Porque no? Tengo mis años, y usted, señorita...— enunció en un tono más suave, casi coqueto, antes de detener el paso y girarte para que quedasen frente a frente. —Es joven y hermosa. ¿Me equivoco?.— te interrogó sonriendo de lado, y poniendo su mano libre en tu cintura, atrayendote más hacia él.

Sentiste que la sangre se te subió a la cabeza, y tuviste que morderte la lengua para evitar reírte y patalear como una colegiala ante las palabras y esa acción del británico.

Contuviste la respiración, sin romper el contacto visual, esperando a que diera el siguiente paso. El hombre sabía lo que hacía perfectamente.

Inclinó la cabeza ligeramente hacia abajo, y acercó su rostro al tuyo, lentamente, como si deseara detener el tiempo en ese momento.

Sentías una emoción tremenda y la piel de gallina, esperando el momento justo en que sus labios se tocasen. Llegado el punto, cerraste los ojos y esperaste.

Escuchaste una suave risita y posteriormente sentiste el contacto de sus labios en tu frente.

Abriste los ojos y frunciste el seño con evidente decepción, mientras él te miraba un tanto divertido.

—¿Y eso que fue?.— replicaste fingiendo estar ofendida por haberte dejado con ganas de un beso.

Price sonrió pícaramente para después inclinarse y susurrar en tu oído.

—Casi olvido que estamos en la calle. No podría controlarme si hiciéramos algo más.— murmuró con voz hipnótica, que no hizo más que provocar que una corriente eléctrica recorriera tu espina dorsal.

Te estaba probando. Ni había duda de ello. Sin duda no esperabas conocer esa etapa de él tan pronto. Pero claro, no tenías queja. ¿Quién la tendría?.

𝘖𝘕𝘌 𝘚𝘏𝘖𝘛𝘚 - 𝘊𝘈𝘓𝘓 𝘖𝘍 𝘋𝘜𝘛𝘠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora