2. Hermanos Na

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Cada conquista de cada día era una jodida delicia, Renjun se llevaba al hombre que quisiera a la habitación de su hotel y en un arreglo donde ambos se ponían de acuerdo en cosas que ambas partes querían hacer, se pasaban la noche entera llenando la habitación de gemidos.

Lo primero que había hecho luego de separarse de Jaehyun, había sido comprar un boleto de avión y viajar de vacaciones al extranjero. Ahora se estaba quedando en un hotel de lujo junto a la playa, llamado "Na paradise", donde muchos otros adinerados y millonarios se quedaban por largos tiempos para quitarse el estrés y disfrutar de todas las atenciones del lugar.

Na paradise realmente era como una pequeña isla con todo lo soñado para Renjun. La estaba pasando bien yendo al Spa, asistiendo a fiestas. Teniendo cenas con otros huéspedes, y por supuesto, lo que en realidad era su parte favorita, estaba encantado con cada hombre interesante que conocía cada noche diferente que lograban complacerlo y dejarlo totalmente satisfecho.

Iba saliendo del Spa cuando se topó con Somi, la mujer con la que había formado una instantánea amistad al llegar al hotel.

Ella tenía aquella sonrisa traviesa que indicaba que estaba a punto de soltar algún chisme.

—¿Supiste? El dueño del hotel llegó hoy junto a sus dos hermanos y cada uno se instaló en una suite —le comentó ella por lo bajo, riendo pícara—. Dicen que todos son unos putos dioses.

—¿Huh? ¿El dueño del hotel? —Renjun frunció el ceño, sin entender la emoción de la mujer.

—¡Es jodidamente un personaje! Na Jaemin, llamado señor Na por todos aquí en el hotel, es un empresario conocido y soltero codiciado. Hay fotos suyas por todo el internet, juro que no hay hombre más guapo y caliente. Hasta a mi novio le gusta — hizo un baile con sus cejas, divertida—. Lo vi en algunas cenas de negocios a las que fui con mis padres, pero en realidad de sus hermanos no sé nada. Aunque escuché decir a muchas en el Spa que sólo están igual de irresistibles.

—No tengo idea sobre ellos, la verdad —le restó importancia el pelirosa, encogiéndose de hombros—. Creo que te dejo, Somi. Me tengo que arreglar para mi cita de más tarde.

Entonces Renjun ladeó una sonrisa y Somi le correspondió con otra sonrisa igual de coqueta.

—Suerte, lindo. —le deseó ella.

Es así como Renjun se marchó con la mente concentrada en todo menos su conversación con Somi sobre los hermanos Na, pues se perdió repasando su horario para esa noche.

El día era caluroso, así que llevaba puesto unos pantalones cortos color negro que se apretaban a sus muslos fuertes, y su camisa chanel que dejaba descubierto el comienzo de su blanquecino pecho.

Esperó la misma excelente rutina de todos los días desde que había llegado al hotel, pero no contaba con que algo inesperado cambiaría el curso de todo.

Pasó por el lobby tranquilamente y fue hacia los ascensores, sonriendo al cruzar y ver que uno de ellos ya se encontraba abierto.

Apresuró su paso para llegar a tiempo, pero entonces cuando estuvo frente al elevador, la imagen de lo que ocurría dentro del lugar, lo dejó completamente paralizado.

Renjun no era alguien fácil de sorprender.

Renjun normalmente sabía qué decir siempre.

Renjun nunca se quedaba sin palabras.

Renjun nunca se intimidaba.

Renjun nunca quedaba inmóvil ante nada ni nadie.

Pero todo eso se fue bien a la mierda en un segundo cuando analizó lo que estaba frente a sus ojos.

𝐏𝐎𝐑 𝐌𝐈 𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐀 𖤐 Renjun harem + RenminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora