– Hola Ana, ¿cómo estás?
– Bien Rosie, gracias, Lisa que gusto de verte – le medio sonreí avergonzada – ¿así que quieres saber si Jungkook y yo anduvimos? – dijo entrando a la recámara.
– Rosé acaba de contarme lo de Jamie y cómo ayudaste a Jungkook a salir adelante.
– Además de que has visto como nos tratamos, ¿no? – asentí con la cabeza – está bien, te contaré la verdad – se sentó al lado de Rosé – cuando teníamos 17 años, en una fiesta jugamos botella, alguien me puso de "castigo" besarlo durante minuto y medio y yo encantada lo hice, porque sí, Jungkook me gustaba desde que me acuerdo, pero en ese beso comprendí que éramos como hermanos, que no había química entre nosotros como pareja y cuando lo platicamos, ambos estuvimos de acuerdo, olvidamos ese beso y seguimos siendo confidentes como hasta ahora, ¿aclarada la duda?
– Sí, pero... dan la impresión de ser amigos con derechos.
– Es una táctica que usamos ya sea para alejar a alguien o confirmar si le interesamos.
– ¿O sea que están confabulados para cortar las expectativas si alguien no les gusta y si les interesa otra persona lo hacen para darle celos?
– Suena medio perverso, pero sí, le he espantado a varias y él a mí a algunos tipejos.
– ¿Entonces tú ya sabías de mí desde antes que nos descubrieras?
– Sí.
– Hija, acaban de llegar el estilista y el maquillista – anunció Hanna.
Yo me quedé de una pieza, ahora comprendía muchas cosas y porque ella había cambiado su actitud hacia él de repente, Jungkook quería corroborar mi interés por él, pequeño tramposo, entonces me pregunté desde cuando él había roto la tercera regla. Me sacaron de mis pensamientos cuando me dijeron que sería la primera que arreglarían, ya que Ana dijo que tenía que bañarse y Rosé tenía que vestirse antes de que la peinaran.
El chico inició con su trabajo, me recogió todo el cabello en un moderno chongo en el que se veían las ondas de mis cabellos, dejó algunos rizos colgando en ambos lados de la cara y el flequillo peinado de lado, después pasé con el maquillista y me sentí como una celebridad, me preguntó de qué color era mi vestido y le dije que azul, así que de ese color me maquilló los ojos, me miré al espejo cuando terminó y casi no me reconocí, vaya que sabían hacer bien su trabajo.
Mientras tanto peinaban a Tzuyu y maquillaban a Ana. Por su parte, Hanna ayudaba a Rosé a ponerse el hermoso y moderno vestido blanco, diseñado por ella misma, una vez que lo tuvo puesto se sentó con sumo cuidado para que la peinaran y maquillaran, entonces fui a mi recámara para cambiarme de ropa.
Entré y estaba vacía, así que cuidadosamente me quité la blusa y luego el pants, saqué mi vestido del enorme armario que parecía una recámara más y me lo puse al igual que mis sandalias, estaba mirándome al espejo cuando Jungkook entró.
– Wow, voy a ser la envidia de toda la fiesta, te ves hermosa mi amor.
– Gracias – dije sonriéndole y dándome una vuelta, de pronto la triste historia vino a mi mente y lo abracé con todas mis fuerzas y le acaricié la espalda – gracias por dejarme entrar en tu vida.
– Las gracias debería de dártelas yo a ti, tú fuiste la que me llamó, ¿recuerdas?
– Sí, pero... – me quedé callada, no sabía si era buena idea que él supiera que Rosé me había contado sobre su primera novia – tú rompiste las reglas... ¿desde cuando Jungkook?, necesito saberlo, por favor.
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Golden Hour
RomanceSólo hay tres simples reglas a seguir: 1. No nombres. 2. No preguntas personales. 3. No lazos afectivos. Son las indicaciones que el desconocido le da a Lisa en su primer encuentro, pero, ¿para ambos será igual de simples seguirlas al pie de la let...