Capitulo 5: Visita Inesperada

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Me encontraba sentado en mi silla, esperando que la sargento Van Horn llegara. Pensando en lo que ella quiere decirme y la última vez que nos vimos.

Ya llevaba varios minutos esperándola, lo que me llevó a creer que podría haberse perdido de camino a mí oficina. Me reí de mi mismo por eso. Momentos después fui interrumpido por Sarah, mi secretaria, quien había abierto la puerta de mi oficina y entró -Señor presidente, aquí hay una mujer pidiendo hablar con usted- supe de inmediato de quien se trataba, así que le hablé a Sarah

-Que pase

-Si, señor presidente- inmediatamente salió de mi oficina y casi de inmediato después de que saliera entró la sargento Van Horn, luciendo su uniforme de las SS, con su brazo en un cabestrillo ya que aún faltaba tiempo para que se curara.

-Ven, toma asiento por favor- le dije señalando con la mano el asiento frente a mi escritorio. Ella asintió y se dirigio al asiento y se sentó. Una vez sentado le volví a hablar -Me han dicho que querias hablar conmigo. Y bien, ¿que querias decirme?

-Y-yo Solo queria... agradecerle... por haberme salvado- inmediatamente supe que estaba nerviosa, no entendía por qué, pero no me hiba a quedar con la duda

-Te noto nerviosa, ¿a que se debe eso?- Vi como se sonrojó cuando le pregunté y noté que se puso aún más nerviosa

-Ah... si... eso, es po-porque e-estoy junto... a usted, señor

-Hehe, no hay necesidad de ponerse nerviosa por eso, sargento

-¡Alana!, por favor, Llámeme Alana

-De acuerdo... Alana. Como te iba diciendo, no hay necesidad de ponerse nerviosa en mi presencia, así que cálmate- tras oír mis palabras comenzó a respirar profundamente y finalmente se calmó -Mucho mejor, ¿te apetece algo de beber?

-Si, por favor. La comida de hospital es una mierda- sonreí por lo que dijo, era bueno ver que ya no estaba nerviosa.

Con mi mano derecha abrí el último cajón de mi escritorio en el que guardo una botella de whiskey

Con mi mano derecha abrí el último cajón de mi escritorio en el que guardo una botella de whiskey

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y varios vasos por si alguna vez hay más de una persona para compartir la bebida.

Inmediatamente puse sobre el escritorio dos vaso, abrí la botella y los llené con whisky. Al llenarlos cerré la botella y la puse sobre el escritorio. Tome ambos vasos y le ofrecí uno a alana -Gracias- dijo mientras acercaba su mano derecha pues la izquierda era la que estaba herida

Levanté el vaso en el aire y dije -¡Salud!

Rapidamente Alana levantó el suyo y dijo lo mismo -¡Salud!

Después de eso ambos nos bebimos el whiskey y colocamos los vasos sobre el escritorio -Bueno ¿como te encuentras?, lo último que supe de ti era que seguías inconsciente

-U-usted estuvo al tanto de mi situación- y ahí estaba de nuevo la actitud nerviosa con la que había llegado, nuevamente estaba donde había empezado en este tema

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