Capitulo 19: Bárbaros incivilizados

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"Lo único capaz de consolar a un hombre por las estupideces que hace, es el orgullo que le proporciona hacerlas"

Oscar Wilde

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Año 458

Septiembre 13

Aguas territoriales de Lucania

Frontera marítima occiedental

Navío de línea "La voluntad de nuestro señor"

03:33:33 am

Navegando en las tranquilas aguas de la noche, siendo iluminados por la luz de la luna se encontraba navegando un navío de línea procedente del imperio Palparia avanzaba a una alta velocidad, extraña para esta clase de barco de casi 70 metros de largo, a pesar de que el viento durante esa noche era inexistente.

El navío, considerado el segundo navío más grande construido por el Imperio, constaba de 56 cañones de 12 libras a cada lado de su casco, con 6 cañones en proa y 2 en popa, hacían un total de 120 cañones abordo de este colosal navío. Sus tres grandes mástiles eran tan altos como un edificio, teniendo el más pequeño de todos 16 m de altura, el más alto de todos con 41 m era en el que se encontraba izada la bandera del imperio.

La bandera constaba de dos franjas horizontales, una azul y la otra roja, en el centro se encontraba un círculo hecho con franjas rectas en gris y en cada esquina había una estrella amarilla.

La bandera constaba de dos franjas horizontales, una azul y la otra roja, en el centro se encontraba un círculo hecho con franjas rectas en gris y en cada esquina había una estrella amarilla

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Debajo de la bandera se encuentra el puesto de observación, donde siempre hay un marinero cuya misión es la de informar si se acerca algún pirata o si descubre tierra.

En la cubierta superior del navío eran pocos los marineros que había, pues la mayoría se encontraba durmiendo bajo cubierta, mientras que el capitán y un grupo de tres hombres tenían su propio camarote.

Los pocos marineros en cubierta se aseguraban de que todo estuviera en orden. A bordo también había un mago, su trabajo era controlar la lagrima del dios del viento, dado que durante ña noche los vientos eran extremadamente débiles.

Todo era una completa calma para los. Marineros, hasta que de repente escuchan al observador gritar "¡¡tierra a la vista!!¡¡Tierra a la vista!!¡¡Islas adelante"

El grito fue poco audible debido a la altura a la que estaba, pero los marineros que lograron entenderlo comenzaron a correr la voz. En cuestión de segundos algunos marineros bajaron a las cubiertas inferiores y despertaban a los marineros que aún dormían.

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