1. Examen

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Aphelios:

La molesta alarma suena, pero, sorpresa, yo ya estaba despierto desde mucho antes, y es que,había pasado toda la noche en vela, recordando lo mismo una y otra vez. Aquel dichoso beso.

Muerdo mi labio mientras cambio de posición y tapo mis oídos con la almohada para ignorar tanto el despertador como mis pensamientos y recuerdos.

-Tú. Eso me pasa.

Estaba tan cerca de mí, con esa mirada intensa que se movía de mis ojos a mis labios, y por supuesto esa pequeña sonrisa, la más sincera que le he visto en la vida. Mierda.

Y salí corriendo.

Huí de la forma más cobarde del mundo, y gracias a lo sucedido anoche notaba como me estaba volviendo loco, completamente, ni siquiera era el hecho de haber dado mi primer beso, era el hecho de que hubiese sido con Sett, con mi maldito mejor amigo, ¿cómo se supone que debía reaccionar? Si bien sé que haberme ido corriendo no era lo más asertivo quedarme tan solo hubiese incomodado la situación. No soy gay, no me gustan los chicos, pero, si tan solo sintiera una pizca de disgusto al recordarlo... pero por el contrario un cosquilleo nace desde mi estómago y desemboca en todo mi cuerpo, siendo levemente más notable en mis labios, los cuales repaso de forma delicada con mis dedos constantemente tratando de pensar de nuevo en la sensación de los labios del pelirrojo en ellos.

Rendido me levanto de la cama apagando por fin el dichoso aparato que parecía querer atormentarme incluso más de lo que ya estaba, si eso era posible. Y con toda la pereza del mundo me dirigí al cuarto de baño para hacer mi rutina de mañana, dios, odiaba tanto los miércoles. Mientras terminaba de secarme tras la ducha, evitando como podía pensar en mi mejor amigo, escuché como alguien golpeaba insistente la puerta.

-¡Pheeel!¡Voy a llegar tarde por tu culpa!

Esbozo una pequeña sonrisa reconociendo la voz de mi hermana y no tardo en abrirle la puerta con una mueca divertida en mi rostro, cosa que le hace fruncir el ceño.

-Idiota...- Murmura entrando al baño y tomando su pequeña bolsa de maquillaje, la observo por unos segundos, pero el momento en el que quiero irme, ella habla de pronto.- ¿Dónde estabas anoche?

Frunzo el ceño levemente incómodo y vuelvo a recordar el famoso beso que no desaparece de mi cabeza ni aunque grite basta. La peliblanca al parecer ve mi expresión por el espejo, pues se gira con una mirada acusadora mientras se maquilla las ojeras con corrector.

-En la calle... fumando...- Musito bajito, no es una mentira, estuve en la calle, y también fume, sin embargo voy a evitar hablarle de mi pequeño encuentro  con Sett y todo lo sucedido tras esto.

-Ajá...

No suena convencida, lo sé, pero, por mucha confianza que le tenga a Alune no tengo ganas de contarle esto, por lo menos por ahora, así que con rapidez pongo una excusa para escapar de mi propia casa, pero gracias a eso me tengo que enfrentar a un problema mayor, el instituto.

Suspiro, derrotado, mientras sigo el camino que me sé de memoria, pensando en con que cara voy a mirar a Sett, el simple hecho de pensarlo me hace sentir avergonzado, ¿qué me dirá?¿Cómo me mirará? ¿Cómo le miraré yo a él? Mi cabeza está tan absorta en lo mismo que ni siquiera me percato del momento en el que ya estoy frente a la puerta de aquella institución académica.

-¡Holaaaa! Tierra llamando a Aphelios.

De repente escucho una voz a mi derecha y me giro encontrándome a un rubio con una sonrisa burlona en su boca, fruncí mi ceño, ¿tan perdido estaba que ni me había percatado de su presencia?

-¿En qué piensas, el examen de economía?

¿Qué? Noto mi presión bajar en cuestión de segundos, y freno en seco girándome hacia mi amigo.

-¿Estás de broma?- Pregunto un poco desesperado y Ezreal me mira con una ceja elevada. No, no está de broma. Maldita sea, ¿cómo pude olvidar un examen de economía? ¡Dios, que idiota!

-¡Ey!- Otra voz se une a la conversación, pero yo ni siquiera presto atención, demasiado sumido en mis pensamientos negativos sobre esa dichosa prueba que voy a suspender con casi un 100% de posibilidades.- ¿Qué le pasa?

-No ha estudiado.- Responde el rubio con una sonrisa y yo le echo una mala mirada, Kayn sonríe burlón, maldito Ezreal. Sé que el pelinegro va a querer decir algo respecto al tema, pero como no estoy de humor me voy antes de que pueda siquiera abrir la boca.
Tras unos minutos caminando acabo frente a la biblioteca, para por lo menos intentar estudiar un poco para aprobar el examen, no había mucho más que pudiera hacer ahora.

Abro la puerta sin molestarme en llamar o decir algo, y me congelo nada más entrar. Soy capaz de notar como de pronto el tiempo para, y siento como mi estómago se revuelve mientras todas las imágenes vuelven a mi cabeza el momento en el que sus ojos ámbar se clavan en los míos. Relamo mis labios inconscientemente, sin saber si moverme o no.

Y de pronto, rompiendo todas mis tesis de lo que podría pasar ahora mismo, el pelirrojo esboza una sonrisa y me indica con la mirada que me siente a su lado. Obedezco, no sé muy bien por qué, pero lo hago, sentándome dudoso en la silla libre a su derecha. En completo silencio saqué mi cuaderno y el libro de economía ante su atenta mirada mientras yo me limitaba a hacer como si él no existiera, porque de lo contrario sería capaz de derretirme ahí mismo.

Me mira, lo sé, soy capaz de notarlo incluso sin mirarle, pero debo estudiar, aunque por dentro esté muriéndome. Comienzo a leer la primera página del tema, fingiendo que lo estoy entendiendo cuando ni siquiera soy capaz de concentrarme en saber que palabras estoy viendo.

-Te has equivocado de tema.

Un escalofrío recorre todo mi cuerpo el momento en el que me susurra en el oído, haciendo que, de forma inconsciente, dé un leve respingo en mi silla y me aleje levemente, girando mi mirada hacia él, quien me mira con toda la inocencia del mundo.

-Es desde el tema 3 hasta el 5.- Comenta con normalidad, sorprendiéndome levemente, tal vez ha olvidado como ayer me fui corriendo y le dejé plantado en mitad de la calle.

-¿Qué?- Disimulo mis pensamientos con una pregunta genuina, y al parecer le hace gracia, pues suelta una pequeña risa tratando de no hacer ruido.- No te rías y dime que cae.

-Los apuntes de clase.- Dijo con simpleza y palidecí, maldije a mi yo de un mes atrás por no querer copiar nada en clase y hundí mi cara en mis manos, desesperado.
Y tras unos segundos noté algo chocar levemente con mi brazo izquierdo, levanté mi mirada y vi una libreta abierta con unos apuntes un poco desorganizados, pero completos, de reojo vi a Sett mirando hacia otro lado, como si tratara de disimular que me estaba prestando amablemente sus propios apuntes. No pude evitar esbozar una sonrisa de alivio, independientemente de lo que pasó ayer no debería ignorar constantemente a mi mejor amigo, pues por algo era alguien tan cercano a mi.

Saqué mis auriculares inalámbricos y me puse uno mientras le ofrecía el otro a Sett, quien lo cogió encantado. Puse mi playlist en aleatorio y apagué el móvil para después mirarle.

-Estudiemos juntos.- Dije con una sonrisa mientras me acercaba un poco a él y movía la libreta levemente hacia el pelirrojo para que ambos pudiésemos verla.

Carga pesada ; SettPhelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora