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Lisa caminaba en silencio por la casa de JungKook, mañana empezaría el celo del pelinegro así que decidió ir a su departamento un día antes.
Eran la siete de la mañana del sábado y la alfa estaba completamente despierta. Sólo Lisa se despespertaria a las seis de la mañana y estaba de buen humor un sabado.
Dejo su pequeña maleta con ropa en la habitación de invitados y fue hasta la habitación del menor, al entrar lo encontró completamente dormido en la cama cubierto hasta el cuello.
Quien diría que esa cosita tan tierna le dio una patada en los huevos a un alfa que lo dejo sin aire.
Se acercó y se sentó al borde de la cama, empezó a acariciar el sedoso cabello del omega mientras lo llamaba suavemente.
— Kookie... Es hora de despertar. — susurro dulcemente — Jeon, tienes que terminar tus tareas —nada, el pelinegro parecía no tener intenciones de despertar — Jeon vamos... ¡Jeon JungKook Despierta vago de mierda!
¡AH LADRÓN! — grito dandole un puñetazo justo en la mandíbula.
¡Oh, mierda Jeon! — grito colocando su mano sobre su mandíbula — ¡Para ser un omega tan delgado y pequeño, tienes mano dura!
— ¡Lisa! ¡Lo siento! — dice arrodillandose en la cama y tomando el rostro de Manobal — Dios, ¿Por qué carajos me despertaste así? ¡Me asustaste! además, ¿Como entraste a mi casa?
— Te recuerdo que me diste el código de seguridad — dice sobando su área golpeada.
Jeon soltó un bufido — ahora me arrepiento de haberlo hecho. Mierda, ponte hielo para que no se te hinche y en el baño hay unas pastillas para el dolor, es un bote azul.
— No te preocupes, estoy bien — dice restandole importancia — te recuerdo que una vez me golpeó alguien en la cabeza y no sentí tanto dolor.
— ¡Un tipo te empujó y casi se te rompe el cuello!
-¿Y? ¡No senti nada!
-¡Por que te desmayaste!
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