entrenamiento

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(Continuando dónde lo dejamos)

Hitoshi: algo que me enseñó tu abuelo, artes marciales.

Hitohito: ¿Artes marciales? —lo miro aún más confundido—

Hitoshi: ¿No sabes que son las artes marciales? —le pregunto con una ceja levantada—

Hitohito: si se que es, pero... Servirá en alguien como yo, que es débil y no sabe ni defenderse —dijo con la cabeza baja—

Hitoshi: hijo tal vez seas débil por fuera, pero por dentro eres fuerte y con un gran espiritu y por eso yo te voy a enseñar defensa personal y otras cosas —le dijo ara luego abrazarlo—

Hitohito: gracias papá… —le dijo abrazando aún más a su padre—

Hitoshi: —se soltó del abrazo— bueno ahora, tenemos que trabajar primero tu cuerpo aunque eso se limitará un poco por tu edad, pero bueno —le dió palmadas en la cabeza a Hitohito—

Hitohito: —tenia una pequeña sonrisa—

Hitoshi: bueno, iré a preparar el almuerzo antes de que lleguen tu madre y hermana, termino y te entreno —le dijo para irse a la cocina—

Luego de que su padre se fuera Hitohito pensaba que iba a ser facil su entrenamiento, pero lamentablemente Hitohito tuvo que aprender a la mala.

Ya que desde ese día Hitohito era levantado más temprano por su padre, para entrenarlo haciendo diferentes ejercicios como: sentadillas, flexiones, lagartijas y entre otros ejercicios.

Los primeros días Hitohito quería morirse, pero con el paso de el tiempo empezó a notar cambios en su cuerpo, como que ya podía correr más, tenía más fuerza, más agilidad y ya casi no sentía dolor.

Hasta que por fin Hitohito ya tenía un buen fisico para su edad, y su padre al ver esto le dijo que ya iban a empezar con la defensa personal, artes marciales y otras.

Lo cual Hitohito aprendía pero lentamente, pero con el tiempo este ya iba a poder dominar las artes marciales.

Un día domingo

En una día domingo más, Hitohito estaba replicando los movimientos que hacia su padre.

Hitoshi: —dejo de hacer esos movimientos— bueno hijo, ahora solo una cosa más —se puso en pose de defensa—

Hitohito: eh? Pa que haces? —se puso nervioso—

Hitoshi: solo será una pelea de padre e hijo, vamos ataca

Hitohito: okey —se puso en pose de defensa—

Hitohito: okey —se puso en pose de defensa—

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2 minutos después

Hitohito se encontraba en el suelo totalmente débil sin poder pararse, mientras que su padre lo miraba.

Hitoshi: je aún no estoy tan viejo para esto. —se estiro—

Hitohito: bien jugado pa —dijo débilmente—

Hitoshi: no te preocupes tal vez en un futuro hasta me superes —le dio una sonrisa y le extendió su mano para levantarlo—

Hitohito: lo crees? —agarra la mano de su padre y se levantó—

Hitoshi: claro hijo, después de todo aún eres algo joven para esto, así que con el tiempo ya dominaras las artes marciales igual que yo —le dijo mientras se rascaba la nuca—

Hitohito: tienes razón —dio una pequeña sonrisa—

Hitoshi: bueno tu prepárate, ya que mañana tienes que ir a tu escuela mientras yo preparo la cena —dijo para retirarse a la cocina—

Hitohito: —suspiro con cansancio— bueno espero que mañana no pase nada malo —dijo para irse a su cuarto—

𝗛𝗶𝘁𝗼𝗵𝗶𝘁𝗼, 𝗘𝗹 𝗞𝗮𝗶𝗷𝗶𝗻 𝗦𝘂𝗽𝗿𝗲𝗺𝗼. (Komi-san wa, Komyushō desu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora