Teacher's pet • Jensoo

Capitulo diez

- Por que?

Fue Nayeon quien preguntó, curiosa. Jennie la fulminó con la mirada y la niña retrocedió, avergonzada.

- ¿Vamos Jisoo?

Con los ojos muy abiertos, la chica confirmó casi como un robot. Jennie les dio a Rosé y Nayeon una mirada fulminante y se fue, sacando a Jisoo. Intercambiando miradas, los dos decidieron seguirlos.

*

Jisoo ni siquiera sabía su dirección en ese momento. Jennie, muy tranquila, la condujo tranquilamente por los pasillos a la misma salida que los sacaría del colegio.

El portero volvió a fingir no ver la mirada fulminante de la profesora. Rosé y Nayeon, frustradas, regresaron a la escuela. La menor parpadeó cuando se encontró con el mismo restaurante al que fueron el otro día. La camarera simplemente abandonó el menú y se escapó.

- ¿Señora?— La niña preguntó asustada al ver con qué tranquilidad Jennie miraba el papel con atención. La maestra la miró. - ¿P-puedes decirme qué vinimos a hacer aquí?

- Al parecer la gente come en este lugar.

- No. —Dijo la chica frustrada. - Quiero decir, me trajiste aquí, después de clase, poco ético para un profesor.

Jennie la miró durante largos segundos, haciendo que la timidez de Jisoo volviera con fuerza.

- ¿Crees que algo que viene de mí tiene ética, Jisoo? - Preguntó ella, recostándose tranquilamente en la silla.

- B-bueno, yo-yo...

- Gracias por responder. - Le hizo una señal Jennie a la camarera. - Dos croissants de chocolate con café y una caja de mochis.

La niña se escapó nuevamente, dejando a Jisoo en ese momento incómodo con su maestra. La niña bajó la cabeza y jugó con los dedos.

- ¿Esto significa que la primera vez que me hablas en las redes sociales es a través de tus… amigas?

Jisoo no pasó por alto el ligero tono de desprecio en su voz, pero no se atrevió a levantar la vista mientras sus mejillas se calentaban. Jennie, por otro lado, intentó reprimir su sonrisa cuando la vio sonrojarse. Lo encontró extremadamente adorable.

- Lo siento señora, no quería molestarla. Prometo que no lo volveré a hacer.

Jennie suspiró. En realidad, Lalisa tenía razón, pero preferiría pegarse un tiro antes que confesárselo a la morena.

-Me gustas, Jisoo. Eres muy diferente a esos buitres de tú grupo.

-Usted también me gusta, señora Kim. - Jennie abrió una sonrisa gigantesca, casi cerrando los ojos.— Es una excelente maestra.

La sonrisa desapareció del rostro de Jennie y se aclaró la garganta, mirando hacia otro lado. Casi podía oír a Lalisa reír.

- Aprecio el cumplido, Jisoo. Es bueno saber que alguien valora mi profesionalismo. - Jisoo tenía muchas ganas de decir que no era muy profesional, pero se quedó en silencio y asintió.

- Bueno, ¿quieres almorzar conmigo y las chicas mañana? Estoy seguro de que será genial si te quedas con nosotros.

El corazón de Jennie empezó a latir más rápido. Ni siquiera le importaba que Jisoo la pusiera en la misma mesa que esas otras dos chicas.

- A tus amigos no les gustará mi presencia. - Jisoo la miró de reojo. Tenía una sonrisa irónica en su rostro. - Voy a estar allí.

- Eso es bueno.— Ella sonrió tímidamente. - Podemos hablar como amigos, es un comienzo, ¿no?

- Ehh si. - Jennie abrió una hermosa sonrisa, haciendo que Jisoo desviara la mirada avergonzada.

- ¿Qué le gusta comer, señora Kim?

- Por increíble que parezca, los croissants siempre han sido mis favoritos. Pero extraño la comida tradicional de Corea, la de ahora también es buena, pero nada mejor que lo tradicional, también la comida china.

- Siempre pensé en visitar China , creo que los templos son muy bonitos y también la arquitectura.

Jennie se sentó allí con una sonrisa estúpida en su rostro escuchando.

Jisoo parlotea sobre él país. Su pecho estaba cálido, cualquiera notaría desde lejos la expresión idiota que tenía en su rostro. Ninguno de las dos tocó los croissants ni el café, pero Jennie tomó los mochis, y Rosé fue la primera de la clase a la que se le permitió comer dentro del salón.

*

- Quédate tranquila Jennie, ella solo te invitó porque estás vieja y sola.

- Yo tengo 23 años.

- Vieja.

Jennie puso los ojos en blanco y se reclinó en la silla de la oficina de Lalisa y sonriendo ampliamente, mirando al vacío. Manoban parecía disgustada.

- Tienes que dejar de ser así.

- ¿Así como?

- Si lo digo te ofenderé. - Jennie volvió a poner los ojos en blanco. - Pero en serio Jennie, la chica sólo quería hacer caridad. Esta es tu oportunidad de demostrar que puedes ser una persona amable.

- No quiero ser amable con ellos.

- ¡Realmente eres insoportable! Intento ayudarte y no me escuchas. ¡Morirás sola!

Jennie decidió ignorar mientras Lalisa charlaba, ajena a la mirada soñadora de su amiga.

*

- ¿¡Tu estás loca!?

Preguntó Rosé perpleja, mirando a  Jisoo como si fuera un animal de siete cabezas. Kim se mordió el labio.

- Vamos, chicas. Estoy seguro de que Jennie será súper educada mañana.

- Está loca. - Concluyó Nayeon, comiéndose su barra de chocolate.

Rosé se pasó una mano por el pelo —Escucha Chicken, esa mujer tiene una ligera y muy dudosa desviación de carácter. Ella será el karma personificado para ambas.

- Es una buena persona, me di cuenta hoy.

- Ay amiga, te lo iba a decir pero dejaré que te enteres. - La rubia habló como si no quisiera nada. Jisoo frunció el ceño.

- ¿Que qué? -

- Esa no es la cuestión. - Dijo Rosé rápidamente, llamando la atención de la menor. - Puede que Jennie sea buena contigo, pero no con nosotros.

- Mira, hagámoslo así. Si no se porta bien, lo diré yo mismo y nos levantaremos de la mesa, ¿vale? Pero por favor, creo que será genial.

Los dos amigos suspiraron, mirando el pico ansioso del menor. Sabían que lo lamentarían amargamente, pero no podían decirle que no a Jisoo.