El veterinario nos dijo que la inyección letal era la solución.
El animalito sufriría un paro cardíaco en cuestión de segundos
y su muerte sería dolorosa pero breve.No me arrepiento.
Sólo espero que el cementerio de mascotas oculte para siempre
el horrendo cuerpo de la bestia que salió
desde las entrañas de mi esposa durante el parto.