Capítulo 10

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— Camina hasta la habitación.—ordena la rubia pero la morena no se mueve, entonces Enid mete descaradamente una de sus manos por debajo de la falda de la morena— Te he dicho que camines.

— Quiero quedarme aquí.—tartamudea— No iré a ningún lado con Tyler solo quiero quedarme aquí en la fiesta.

— Yo quiero cogerte justo ahora.—suelta— Y como eres mi prometida, estas en el deber de hacer lo que se me venga en gana.—la morena se queda pensando en las palabras de la rubia, por unos momentos era esta mujer ruda y detestable, pero al siguiente era un cachorrito por el cual se sentía miserable de haber lastimado.

— Tenemos que despedir a tus padres Enid.—dice la morena al ver por donde va la rubia, la chica mira en dirección a sus padres quienes están sentados hablando animadamente con su suegro, alza los hombros y hace el ademán de volver a caminar  arrastrando con Merlina a su paso— Enid.—dice la morena pero no es escuchada, cuando llegan hasta la puerta de la habitación los ojos de la chica se tornan cristalinos, el miedo y la necesidad de llorar la invaden y esto parece alertar a la rubia quien por fin la suelta y suspira.

— No llores.—su tono es frio, no tenía nada que ver al que Merlina estaba acostumbrada, ella tenía claro que quizás era lo que merecía, que quizás estaba con Enid pero la chica nunca volvería hacer la loca enamorada por ella, las lagrimas caen por sus mejillas y se estremece al ver que la rubia posa una de sus manos sobre su cara para limpiarla— Estaba jugando, Mer, no llores.—esta vez el tono es un poco mas cálido, y la morena siente la necesidad de acurrucarse contra el cuerpo de su prometida.

— Si te estaba mintiendo.—suelta de repente, Enid vuelve a su posición rígida apretando la mandíbula— Íbamos a ver a Amber, parece que Tyler la despidió pero no quiere irse, amenazó con demandar...—no puede terminar de narrar lo sucedido porque la rubia la suelta bruscamente.

— ¿Te ibas a ver con ella?—gruñe— ¿Pensabas en abandonarme en nuestra fiesta de compromiso por irte a ver con esa zorra?—las palabras salen con tal furia que la morena siente que se le clavan en el corazón, la rubia por otra parte abre la habitación y se adentra sentándose en la orilla de la cama, ve como la morena se acerca hasta ella apresurada.

— Te estoy explicando Enid.

— ¡Pero primero me estabas mintiendo!—grita— ¡¿Quieres irte con ella?!

— No, Enid, tienes que calmarte.—la morena se acerca hasta la chica quien la mira como retándola a acercarse, pero Merlina confía en que detrás de ese enojo esta su novia, la chica tierna y amorosa que nunca ha dejado de amarla, le toma las manos echas puños y las lleva hasta su cintura mirándola a los ojos— Iba a ir con Tyler, necesitaba zanjar ese asunto para que nada interrumpa nuestras vacaciones, además tu me dijiste que la que tenía que despedirla era yo.

— No tenías porque mentirme.

— No quería que te volvieras a enojar conmigo, sé que todavía lo estas, y sé lo grave que ha sido lo que he hecho, no me va alcanzar vida para pedirte perdón, me equivoqué, pero no lo pienso hacer otra vez.—la rubia bota todo el aire que tiene guardado en sus pulmones y se desploma en los brazos de la morena quien la recibe gustosa— Todo va a estar bien, vamos a estar bien.—le susurra.

— No vuelvas a mentirme.—dice la rubia separándose un poco— Lo siento por lastimarte.—dice mirando el brazo que luce rojo y con las manos marcadas alrededor, la rubia acerca a la chica hasta ella y la vuelve abrazar, tirando de ella hacia la cama— Descansemos un poco, luego tenemos un largo vuelo.

— Casi lo olvido.

— Desearía olvidarme de tantas cosas.—ambas se recuestan en la cama, Merlina sobre el pecho de la chica quien mueve la cabeza disgustada.

Eclipse - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora