Un año después...
28 de abril de 2017
Eliana fue internada en el hospital San Paolo, luego de la nefasta tragedia que padeció. A Nicole la violaron y después la asesinaron y Betta murió desangrada.
—¡Betta no me dejes! ¡Elisabetta no! —había dejado de respirar y ahora estaba sola.
—Uy, qué mal, te han dejado tus amiguitas —se burló —Ahora vas tú y me voy a divertir mucho, oh, sí.
—No te atrevas a tocarme...
—¡Pero si ya no tienes escapatoria, florecita!
Ancló sus asquerosas manos en mi cuello, mierda, tenía las uñas llenas de mugre.
—¡Suéltame, maldito! —pataleé.
¿Por qué nadie nos ha venido a salvar?
¿Por qué no han venido Pablo y Jacob por mí?
—Bailemos un vals, pequeñita...
Me puso de pie, me rodeó la cintura y tomó mi mano con la suya.
—¿Estás enfermo? ¡Qué mierda! ¡Mira lo que has hecho...! ¡Maldito, maldito, maldito!
—No llores, no llores que me parte el alma verte así, shh, shh.
Le dí una patada en los huevos y salí corriendo, gracias al cielo la puerta esa estaba abierta.
—¡Puta loca! —gruñó.
El ascensor tenía las puertas abiertas y me subí...
Tuvo una falla y se disparó hacia la azotea...
¿Qué hago?
—¿Ela? —le habla su madre al notar que se despertó.
Eliana mueve la cabeza lentamente y trata de abrir los ojos, pero le pesan, no puede.
La garganta le arde, la cabeza le palpita y el cuerpo lo siente entumecido.
La mujer se emociona ante su hija que se está moviendo y corre hacia la puerta.
—¡Román! —llama a su marido— ¡Eliana está despertando!
El padre de la muchacha entra y se posiciona al lado de su hija.
—¿Niñita? —la llama cariñosamente.
Pero ella no responde, vuelve a irse.
Román mira a su esposa y comienza a llorar.
