Capitulo II

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-¡Eres un inútil! ¡Eso no es un humano infante!

-Per...Perdoneme mi ama.

-¿Ahora que haré con ella?

Unas voces resonaban como puntadas en mi cabeza. Percibí un olor amago y dulzón. Abrí mis ojos y todo estaba oscuro,solo un delgado reflejo de luz penetraba lo que parecía ser la puerta; estaba echada en el frío y rustico piso. Me impulsé con los brazos para levantarme y luego acercarme al reflejo de luz. Mi pierna izquierda se desmayaba. Recordé la mordedura. Me asomé por las aberturas de la agrietada puerta de madera. No se veía nadie. La empuje lentamente y para mi suerte estaba abierta; estaba en lo que parecía una cabaña temática de brujas, un caldero gigante que desprendía humo, estantes llenos de telarañas y pócimas de pálidos colores, bolsas de mayas guindando del techo, calaveras de humanos y animales, y una puerta,-¡La salida!- La puerta también estaba abierta, si esto era un secuestro, pues era el mas tonto que habia visto. Salí cojeando hacia ella.

Abrí la puerta lento, tratando de disminuir el estridente sonido de esta. Salí observando el bosque oscuro, estaba pacifico debajo del plateado brillo de luz de la luna, una brisa fresca hacia sacudir a los arboles.
Por un momento sentí que todo era un sueño, las estrellas que decoraban el cielo giraban a mi alrededor como si se tratase de un espejismo. Percibí que era real al escuchar a alguien toser y me puse en alerta empezando a correr tan rápido como podía, cada vez que lo hacía un leve corrientazo recorría mi pierna izquierda advirtiendo que no podia seguir. Pero no hice caso.

El viento frío de la noche me golpeaba suavemente, mis pulmones pedían a gritos oxígeno, no podía ver bien, solo corría entre los arboles mientras recordaba la horrible cosa que vi en aquel árbol mientras buscaba a Augus.- Augus.- me detuve apoyándome de un árbol para tomar aire,- Mis padres deben estar locos buscándonos, pero no puedo regresar sin Augus, a menos que el ya esté en casa.- Este día puede ser considerado como el mas extraño, tal vez este soñando, espero.- solté entre bocanadas de aire. Viendo puntos de colores borrosos. Cerré mis ojos y tomé aire tratando de normalizar mi respiración.

La silueta de un chico de cuerpo alto y atlético pasó caminando a unos metros lejos de donde me encontraba, no me vio porque iba de espalda hacía mi; pensé en que tal vez él me podría ayudar.

-Hey...- Una mano cubrió mi boca fugazmente empujándome hacia atrás; el chico que intente llamar volteó buscando mi voz, sus ojos brillaban en la oscuridad de la noche y al no verme siguió su camino.

-Si no quieres morir joven, no confíes en nadie que veas por allí a media noche.- Susurró la voz de el chico que me tomaba. Me soltó lentamente mientras yo volteé para distinguirlo; no se veía bien ya que estaba de noche, pero pude notar que era alto, delgado y musculoso. Dio unos pasos hacia atrás atrayendo un delgado reflejo de luz a sus peculiares ojos grisáceos familiarmente impenetrables. En ese momento me di cuenta que lo observaba descaradamente y bajé mi mirada.

La sensación de espejismo volvió a mi, debía estar aterrada, pero me quedé quieta junto al chico, como si algo dentro de mí sabía que no podía hacerme daño. El fijó su vista en mi pierna herida.

-¿Cómo llegaste aquí?-Dijo, mirándome a los ojos.

-Acabas de decirme que no puedo confiar en nadie a media noche ¿Y quieres que te responda a ti, un desconocido, cómo llegue aquí?-Dije ironica. El solo guardó silencio mientras me observaba de pies a cabeza.

-Soy confiable, pero ya que no quieres mi ayuda.- soltó después de un minuto, se giro para darme la espalda y caminó unos pasos.

-¡Espera! Llegué aquí buscando a mi hermano, si te digo cómo, no me lo vas a creer.

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2015 ⏰

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