Cheong Mun no pudo evitar notar la reacción protectora de los niños con cierto orgullo.
"Ya veo, supongo que me equivoqué", admitió de manera poco sincera. "Me alegra de verte rodeado de personas que te aman y protegen."
Cheong Myeong tragó saliva, inclinándose en su asiento hacia Cheong Mun. Era una fila de distancia, simplemente el asiento frente a él. Aún así, la distancia se sintió infinita.
Baek Cheon bajó el brazo. Yu Iseol volvió a su asiento. La admisión trajo tranquilidad a ambas partes, pero la inclinación del cuerpo de Cheong Myeong les dijo todo lo que necesitaban saber para tratar a esta persona.
'Estos son los discípulos que he criado arduamente, Sahyeong.'
Cheong Myeong quería decir algo así, presentando a todos los discípulos del Monte Hua, señalando sus puntos fuertes, el potencial infinito para ser los mejores maestros en kangho y sus hábitos entrañables que había descubierto.
El abad se aclaró la garganta.
"Ese fue el final del prólogo. A continuación, comienza el capítulo primero."
Cheong Myeong tenía muchas cosas que quería decirle a su Sahyeong si tuviera la oportunidad, pero no de esta manera, no frente al mundo entero juzgando cada uno de sus movimientos. Cheong Myeong tenía gente a la cual quería proteger.
"El título es, ah," la sonrisa del Abad vaciló. "Disculpen mi rudeza. El título es: ¿qué diablos es está situación?"
Un sueño. No, no sabía si era un sueño o un recuerdo o una alucinación mientras bailaba al borde de la muerte. No sabía si ya estaba muerto, muriendo o aún vivo.
Todo lo que podía ver era el pasado.
Recuerdos de la infancia: su apariencia desde que ingresó por primera vez a la Secta del Monte Hua; las escenas de entrenamiento con Sahyeong; la vez que huyó de las estrictas reglas de la secta y se fue a ver el Mundo.
"Antes de un Guerrero, eres un practicante. Debes darte cuenta de que el poder sin ética es solo violencia".
Yoon Jong asintió fervientemente. La implementación de algunas técnicas de entrenamiento deberían de hacerse con moderación.
Persistente.
Regaño constante.
Jo Geol enterró las lágrimas su corazón, completamente identificado con esas líneas.
Los discípulos del Monte Hua quisieron señalar las líneas en la cara de Cheong Myeong, como si lo abofetearan con las escrituras sagradas para intentar darle algo de autoconsciencia.
Le aburría. Si bien fue Discípulo de la Secta del Monte Hua, no siguió completamente la enseñanza. A pesar de su talento natural, que le valió el título de 'Santo de la Espada de la Flor del Ciruelo', no era más que un mero principiante en la Secta del Monte Hua.
¿Por qué no se dio cuenta antes? Incluso cuando las enseñanzas no tenían sentido, incluso cuando se sentía fuera de lugar... todo lo que lo convertía en él se lo debía únicamente a la Secta del Monte Hua. Por eso admiraba tanto a la Secta.
El Santo de la Espada Flor de Ciruelo inclinó la cabeza.
Sin embargo, el creyó firmemente que apreció la Secta más que nadie...
Quería verla crecer, protegerla para siempre con sus propias manos, para que nadie saliera herido.
¿Cómo podría no apreciarla si él mismo hizo todo lo posible por ser su guardián?
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Ya no es sólo un privilegio
FanfictionLa tapa se retiró con cuidado, exhibiendo el material en su interior. Los tomos de libros de pasta azul marino se ordenaron cuidadosamente en varias pilas. Chung Mun sacó el contenido para que pudiera examinarlo cuidadosamente. Todos ellos fueron et...