Capítulo 3: Arde en el infierno

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Aquí se te echa de menos porque se te ama como se ama ciertas cosas en la vida que son inefables como la música que nos gusta, un vaso de whisky con hielo, un día lluvioso y nublado o simplemente un café por la mañana. Te echo de menos, aunque fui yo quien te echó, deseando todos los días viajar al pasado en el que soy completamente feliz, y digo soy porque por más que quiera en lo más profundo de mi corazón decir que estoy bien, lo cierto es que no.

¡Maldito tiempo! él es quien nos puso en el momento incorrecto, me permitió amarte y aquí me encuentro ardiendo en el infierno donde a pesar de que las llamas consumen hasta lo último de esperanza que tengo, siempre queda un poco de oxígeno que son tus recuerdos.

¿Crees en los fantasmas?, porque yo sí. Ellos están aquí conmigo en esta habitación, en tu lugar de la cama donde solías empujarme hacia la orilla coronándote dueña de toda la sábana y el colchón, a veces cantan canciones clásicas de las cuales solías escuchar cuando estabas aquí, o simplemente mueven las cosas, se escucha tu voz en el pasillo y los días parecen sacados de una película de Tim Burton.

A penas comienza octubre, pero Halloween se adelantó, esto parece una pesadilla que sabe a realidad y que sabes que quieres despertar, pero no es posible. ¿Y sabes una cosa?, así es como Dante describía el infierno, un lugar irónico donde repetías una y otra vez aquello que tanto te atormenta; lo irónico de este castigo es que lo que tanto me atormenta es tu recuerdo y no estás aquí conmigo, no puedo tocarte. Te echo de menos, ardiendo en el infierno.

"... Realmente no estoy tan solo, ¿quién te dijo que te fuiste?

si uno no está donde el cuerpo, sino donde más lo extrañan

y el recuerdo está aquí conmigo, tú sigues aquí conmigo.

¿quién está contigo?, si ni siquiera estás tú..."


CARTA ESCRITA PARA ALGUIEN A QUIÉN EXTRAÑO MUCHO...


De Einstein y la relatividad, a tu y yo por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora