04

1.8K 250 27
                                    

S. P.

Lo escucho pero no doy crédito a esto.

Le gusto a Max.

Por Dios, le gusto a este chico.

Está sumamente nervioso, no me da la cara, solo observa tras la ventana y no parece tener intención de querer verme.

¿Qué se supone que debo hacer? ¿Qué le debo decir? Me halaga que un niño tan lindo y joven como él piense en mí de ese modo, pero no está bien.

Es solo un niño, y soy el esposo de su madre.

— Creo que es mejor que te dejé en tu casa —dije volviendo a arrancar el auto.

Sigue callado, lo entiendo, debe estar muy incómodo con esto.

Llegamos y antes de que pudiera decir algo abre la puerta y sale corriendo a su casa, no me gustaría dejarlo así pero no tengo opción.

No pienso hablar de esto con sus padres, siento que debe sentirse demasiado apenado como para agregarle más cosas.

Avanzo hasta llegar a casa, estaciono él auto y entro, hay muchas cosas que debo pensar, mi posible divorcio, mierda, de verdad me siento muy estresado.

Entro a mi recamara para poder descansar un poco, me echo a la cama sin importarme que esté vestido, todo esto es muy extraño.

Max no es malo, sigue siendo un chico y por más educado que sea hará cosas sin pensar.

Obviamente es algo que no puedo aceptar, pero también es gratificante saber puedo atraerle a ese niño bonito.

M. V.

Mi vida acaba de terminar, peor cosa no pude haber dicho.

No es que el señor Perez no sea atractivo, es algo que he reconocido desde que empezó a salir con mamá pero eso no lo hace correcto.

Busco a mamá pero no la encuentro, lo extraño es que tampoco está mi papá y ya es algo tarde como para que esté en el trabajo.

Voy a mi cuarto para cambiarme, mañana tengo que ir a la escuela.

Genial, mi mochila está en casa del señor Perez.

Siento mi celular vibrar, al revisarlo veo que es un mensaje de Lando.

"Hola Max, entré en pánico ¿Me perdonas? :D"

Es el colmo

"Muérete"

Respondí y arrojé el teléfono sin saber muy bien donde cayó, tanto estrés va a matarme.

Mejor voy a dormir.

A penas y me duró el gusto.

Hay ruidos en la sala y parecen muy escandalosos.

En este momento no me importaría mucho si me matan, peor aun así voy a revisar.

Salgo de mi cuarto en puntitas cuidando no hacer ruido y bajo para ver a los asaltantes, posibles asesinos o...

Hubiera preferido a los asaltantes.

Papá y mamá están besándose en el sillón y estoy tan incómodo como enojado.

— ¡Max, carajo me asustaste! —gritó mi padre separándose al darse cuenta de mi presencia— Creí que estarían con Lando un tiempo.

— ¿Eso le dijiste? —pregunto entrecerrando mis ojos a mamá y se ve muy nerviosa.

No es para menos.

𝐬𝐫. 𝐩𝐞𝐫𝐞𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora