S. P.
— Perdón por exagerar ahí afuera, creo que me pase —se disculpa Jos que está en el asiento de pasajeros amarrado con su abrigo para que no haga ninguna idiotez— Solo que, bueno, Max es mi pequeño y si veo que alguien lo está besando mi intención va a ser querer romperle la cara a ese alguien.
— Sí, creo que lo entendió —dijo Max negando con la cabeza— Papá, eso no estuvo bien.
— Lo sé, lo siento, pero también entiéndanme, lo último que supe es que Sergio estaba casado con Sophie y ahora lo veo besándose contigo, fue muy impactante.
Vamos en camino a su casa, creo que nuestra cita terminó aquí.
Llegamos a su hogar y estoy que no puedo con los nervios, soy mayor como para que me cause conflicto entrar y hablar con la familia de mi novio pero se trata de Sophie.
Me asusta.
— Max, ¿Podrías desatarme? —pregunta su padre y Max acepta bajándose del asiento de copiloto, entra atrás y le quita los nudos— Gracias, ahora quédate aquí, quiero hablar con Sergio.
— Papá...
— Te juro que no será nada malo —lo interrumpe tranquilo— Por favor.
Jos sale del auto y lo imito, Max se quedó dentro y creo que es lo mejor, su padre siempre ha sido sobreprotector pero razonable, tengo que hablar con él antes de entrar a hablar con Sophie.
Ponemos distancia del auto para que Max no escuche, me hace una señal para que me siente en la acera y obedezco siendo seguido por él.
— ¿Sabes? Creo que eres un buen hombre —dice igual de serio que hace un momento— No sé cómo debo reaccionar con todo esto, bueno, eres mayor que él, sabrás entender que todo esto es demasiado.
— Lo sé, y también sé que debimos hablarlo con ustedes, pero las cosas pasaron tan rápido que siquiera tuvimos tiempo de meditarlo, mi intención no es jugar con Max sí es lo que temes.
— En parte es eso, que yo sepa eres su primer novio, que además cabe recalcar no es solo la diferencia de edad lo que preocupa sino que fuiste el esposo de su madre, ¿No crees que es extraño?
— Bueno ya que lo pones así si suena bastante mal —digo sobando mi cara.
¿Qué se supone que debo hacer? Siempre he pensado que soy muy grande para juegos, pero Max no es un juego.
No lo es.
— Escucha, Jos, sé que todo esto es muy extraño, no solo lo es para ti sino para todos, a mí me costó demasiado tiempo asimilar todo esto, no diré ahora de cómo es que llegamos a esta relación pero créeme cuando te digo que fue muy rápido y confuso, siempre he querido a Max, le he tenido un aprecio enorme, y sé que es muy pronto para decir que nos amamos, pero también sé que queremos descubrirlo, sabes cómo son las cosas. Max es mayor de edad y puede tomar sus decisiones, yo tengo una estabilidad económica y puedo solventar sus gastos y los míos, te juro que planeábamos hacer las cosas bien y decirles, pero solo eso, darles aviso, pero no precisamente por aprobación.
No dice nada pero escuchó atento cada palabra, si no quieren aceptar que estemos juntos me tiene sin cuidado.
Si Max quiere, vendrá conmigo y yo lo cuidaré.
— Bueno, supongo que no hay nada que pueda hacer —dice negando con la cabeza— Te he llegado a conocer Sergio y creo cada palabra que has dicho, pero Max es un niño comparado contigo, ve con cuidado —accede levantándose y limpiando la tierra de su pantalón— Habla con Max de esto, hagan las cosas bien antes de hablar con Sophie, sabe lo impredecible que es, cualquier cosa podría pasar —termina y entra a su casa.
