Sus ojos mirándose fijamente sin decirse una sola palabra mientras el celular del rubio vibraba sobre la mesa. La pantalla se iluminó de nueva cuenta con la notificación de un mensaje.
"Seok, ¿estás en casa? Voy para allá"
Su corazón se detuvo y volvió en sí en un instante, con latidos más rápidos. Había extrañado tanto ese simple mensaje que las ansias por correr a casa no tenían comparación. A punto estuvo de levantarse de la mesa, pero la mano de su mejor amigo lo detuvo abruptamente.
—No lo hagas, Seokkie —pidió, suplicando con la mirada.
—Ki, él debe estar en camino. No puedo dejarlo esperando en la puerta —explicó pareciendo bastante preocupado—. ¿Sabes lo que le pueden hacer a un hombre como él en ese barrio? Dios, no quiero ni imaginarlo.
Kihyun soltó su brazo y estrelló la palma de su mano contra la mesa.
—¡Estás loco! —gritó falto de paciencia—. ¿Cómo puedes preocuparte por un imbécil que no tuvo la decencia de comunicarse contigo en DOS MESES?
Hoseok cerró los ojos y cubrió sus oídos.
—No es necesario que grites. Puedo escucharte perfectamente bien.
Eso definitivamente estaba en duda, pero Kihyun no lo diría.
—Está bien. Entonces siéntate y escucha lo que voy a decirte.
Sin ganas de discutir con él, Hoseok se obligó a mantenerse en la silla. Esperaba que Hyungwon no se enojara mucho por dejarlo afuera.
—Ho, tu chico perfecto no es nada más que un idiota aprovechado. Él se aprovecha de tus sentimientos para usarte como juguete sexual para satisfacer su culo —dijo sosteniendo su cabeza con las dos manos—. Hyungwon no te ve de la misma manera en que tú lo ves a él. Ahora mismo ni siquiera se atrevió a saludarte o preguntarte cómo has estado.
—Kihyun, por favor...
El más bajo sacudió la cabeza.
—No lo justifiques más —cerró los ojos y suspiró. Liberó su cara volviendo a su silla—. Es todo lo que tenía que decirte. Puedes ir tras él.
—Y-yo, yo hablaré con él. Resolveré esto —prometió.
¿Pero qué tenía que resolver?
¿Cómo repararía la relación inexistente con Hyungwon?
No se atrevía a expresar sus sentimientos directamente, ¿cómo podría pedirle a Hyungwon que fuera sincero? Tal vez Kihyun tenía razón y él solo era un juguete para el más alto. Con esa idea llegó a su casa y le abrió la puerta al otro.
Pasó lo mismo que dos meses atrás. Hyungwon en la puerta con bocadillos de alguna tienda cara y una mirada cargada de deseo. No hubo ni un Hola, ¿cómo estás? te extrañé. Ninguna muestra de interés. Por más que quería encontrar una explicación al comportamiento del menor, no existía ninguna lo suficientemente creíble.
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Love or Sin?
Короткий рассказEn la sombra de amores reprimidos, dos almas errantes, destinos divididos. Dos hombres que se amaron con pasión, un lazo quebrado, roto corazón. El eco de sus suspiros perdidos, en el rincón oscuro de amores prohibidos. Un adiós resonando en la penu...