—Vete.
Hyungwon rio mirando a todos lados. No había clientes a la vista y Jooheon estaba lejos de ellos.
—Ni siquiera he dicho nada.
—No quiero escucharte —dijo dándose la vuelta para volver a acomodar las cajas de cigarrillos.
—Hoseok, por favor.
Estiró la mano para alcanzarlo, pero el mueble era muy ancho y sus brazos no eran lo suficientemente largos. Suspiró bajando la cabeza.
—Perdón. Estaba muy molesto y no me di cuenta que te lastimaba con mis palabras...
Hoseok se giró para verlo con los ojos cargados de coraje.
—Si no vas a comprar nada, te pido por favor que te marches —dijo con la voz gruesa. Tan sexy y tan cruel—. No me obligues a usar la fuerza y sacarte a patadas.
Los ojos de Hyungwon se abrieron. Era la segunda vez que Hoseok usaba esa voz con él y no le gustaba. Buscó a Jooheon, tomó unos paquetes de ramen y unas tabletas de chocolate que estaban en un pequeño anaquel en el mostrador.
—Llevaré esto y... y unos cigarros —dijo apresuradamente.
Jooheon lo miró riendo.
—Bien —cobró los insumos y extendió la mano para recibir el dinero—, son 35, 000 wones.
—¿Ah? Si, si —golpeó el pecho de Jooheon y sacudió la mano—. Dame dinero.
Su amigo frunció el ceño y golpeó su mano.
—¿Qué? Págalo tú.
Hyungwon chasqueó la lengua y se puso a revisar los bolsillos del pantalón y de la chaqueta de Jooheon hasta que encontró su cartera.
—Olvide mi billetera en el auto —mintió sacando el dinero y entregándoselo a Hoseok—. Ahora que compré, ¿me puedes escuchar?
—No.
—¡Mi amigo y yo estamos muy arrepentidos! —exclamó Hyungwon.
Las manos de Hoseok se detuvieron pero un segundo después recobró la consciencia y terminó de guardar el dinero. Mientras siguiera fingiendo que no le importaba la presencia de Hyungwon y su amigo, estaría bien.
—No pienso justificarnos. Nos portamos como un par de idiotas y herimos tus sentimientos —explicó tomando su mano entre las suyas. Hoseok sacudió su brazo liberándose y se escondió tras el mostrador—. Era una broma, ya sabes. Joo pensó que éramos pareja, pero no me atreví a admitirlo hasta que te lo pidiera.
Su amigo se mordió la lengua para evitar reír. Lo cierto era que se le daba mal decir mentiras y él no estaba arrepentido. Hoseok era un idiota, según él, por creer que alguien como Hyungwon podía tomar enserio una relación que comenzó con sexo y se desarrolló en las mismas bases. No estaban en un cuento de hadas.
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Love or Sin?
Short StoryEn la sombra de amores reprimidos, dos almas errantes, destinos divididos. Dos hombres que se amaron con pasión, un lazo quebrado, roto corazón. El eco de sus suspiros perdidos, en el rincón oscuro de amores prohibidos. Un adiós resonando en la penu...