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Natsumi estaba molesta, tenía cerca de 5 minutos arrastrando a su novio a quien sabe que lugar, él solo se estaba dejando llevar mientras la chica refunfunñara, cosa que se le hacía cada vez más y más divertida.
En un momento ella se detuvo, le soltó la mano y dió unos cuantos pasos, todo con la mirada fija de Endou sobre ella.
—Besame. —Ordenó ella de brazos cruzados.
Endou estaba justo enfrente de ella, ante la orden solo pudo sonreír de forma inocente mientras ladeaba un poco la cabeza.
—¿Cómo? —Dudo él, sin dejar de mirarla.
—¡Desde hace un tiempo te noto bastante raro! —Se quejo ella apuntando con el dedo— No me has besado, abrazo ni siquiera tocado~ —Confesó lo ultimó con un gran sonrojo.
—¿Estás tan molesta por ello? —Dudo él, mirándola sonrojarse más— Natsumi dime una cosa~ —Él sonrió, acercándose— ¿Estás segura de que eso es lo que quieres?
la chica Lo miró por unos segundos dudando del tono de su voz, ella tan solo le había hecho una pregunta interrogándole del Por qué ya no hacía las cosas que usualmente le gustaban a él, cosas a las que ella comenzó a acostumbrarse y naturalmente, al él dejarla, ella se vio un tanto abrumada.
—Solo quiero que me beses para comprobar algo~ —Murmuró mirándolo— ¿Puedes o no?
Endou le sonrió, miro por unos segundos sus pies, luego la playa y soltó un pequeño suspiró.
—No. —Soltó de la nada.
Natsumi frunció el ceño, y bajo la mirada.
—¿Hay algu~
—¡Para nada! —él la interrumpió mirando aún el mar— eres la unica~
—¿Entonces?
—Solo te molesto Nat~ —sonrió para por fin verla— Pero aún no te voy a besar... —Tomo su rostro luciendo bastante divertido— En cambio~ deseo comprobar otra cosa...
Natsumi lo miro confundida, ¿Que podría estar pasando por la mente de ese ser en ese momento?, sus nervios se dispararon en cuanto lo vió estirar una manta junto a una palmera con unos arbustos al lado.
—¿Que haces?
—Voy a hacer lo que me pediste... —él le sonrió con total honestidad.
Los colores volvieron a decorar el rostro de la chica, mirando rápidamente a los lados.
—¡Estás loco! —Grito para salir corriendo tan rápido cómo pudo, lastima que su novio era un excelente jugador y la velocidad no era un problema para él, ni cargarla y dejarla justo a su Merced— ¡No era necesario esto Satoru!
—No pienso correr el riesgo Naty~ —Soltó con cariño mientras le besaba el cuello— Ahora solo relájate, ¿Si? —Beso su mejilla— Y trata de no llamar mucho la atención...
