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Prov. Endou:
Esta mañana hacia un clima espectacular, una fresca brisa mañanera, con el sol radiante como siempre.
Este día me apresuré a llegar, pues les había prometido a las chicas que las ayudaría con el inventario del club, teníamos que hacer unas cuantas cosas y checar tener todo listo antes de irnos al plan de verano, realmente estoy emocionado por ello.
Llegué al club, a paso lento, viendo que ninguna de las chicas había llegado todavía, eso era raro, usualmente Kino o Kudo llegaban antes que yo, pero hoy, raramente fui yo quien llegó antes.
¿Si era hoy el inventario?
—Ohh, Satoru, que sorpresa verte aquí tan temprano. —Dijo una voz femenina a mis espaldas.
Sabía quién era, dios, ¿Que hacia ella aquí? O bueno...
¿¡QUE HACIA TAN TEMPRANO AQUI!?
Ella nunca llegaba antes que nadie, usualmente era la última junto conmigo, pero casualidad que hoy se cayó de la cama, dios.
¿Cómo se supone que deba actuar con ella?
Ya me estoy arrepintiendo por haber aceptado tal reto, tontas reglas incitadoras, espera un momento, ¡Eso es! ¡Benditas sean reglas del maldito juego!
—¡Buenos días Natsumi! —Rei, girándome hacia ella— Y bueno, toca variar un poco, ¿No cree?
—Ya lo creo. —Sonrió, yendo hacia un lado de la habitación.
La seguí con la mirada en todo momento, me sorprendió que trajera un nuevo peinado, ella no era de cambiar su estilo de un día para otro, así que me pregunté a qué se debía
Hoy se le dio por venir con el cabello atado dejando dos mechones al frente, este peinado era raro de ver en ella, pero las hacían lucir aún más hermosa, Ya de por sí era difícil apartar mi mirada de ella, ahora con este nuevo cambio, qué pasó hace resaltar su preciosa cara, iba a ser mucho más difícil.
—¿Pasa algo? —Interrogó mirándome.
—No. —Dije pasando la mirada al estante, Dónde estaba la foto de todas las gerentes en el último mundial— Solo, te queda lindo el cabello así.
La mire de reojo, y dios, podía jurar que era el ser más adorable que había visto jamás, amaba la manera en que sus mejillas se pintaban de rojo, en muchas ocasiones su nariz también llegaba a pintarse, pero esa era en situaciones que realmente estaban fuera de su alcance.
—Gr-Gracias. —Sonrió apenada— Lo vi en un vídeo, y pensé que no me quedaría tan mal...
Por dios, ¿Acaso trataba de matarme de la ternura?
Me acerqué ella poco a poco mientras mantenía mi mirada fija en su linda cara, sabía que mi acto la estaba poniendo nerviosa, podía notarlo en la manera en que sus manos apretaron su falda, eso se me hizo que intensificará más el deseo de acercarme.
