Estúpido

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[Jimin]

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[Jimin]

Esta vez no fue una una simple foto, esta vez fue una más reveladora, una en la que mis nalgas podían verse con claridad, sin nada que les tapara.

Me sentía estúpido.

¿Y es que cómo no? Primero, hice una estúpida apuesta, una que claramente perdí y me llevó al segundo punto: Tengo veinte años y acababa de masturbarme por un par de mensajes, y eso no era lo peor. Lo peor es que apenas tuve que masajearme unas cuantas veces para venirme.

Justo ahora veía el semen en mi mano, estaba asqueado y arrepentido de mi comportamiento. Fruncí el ceño y maldije en mi mente, auto recriminándome por lo hecho.

No me llevó mucho tiempo limpiar mi mano con papel higiénico, salí del cubículo y me miré al espejo, observando con desgano mi apariencia. Me sentía incomodo ya por no poder vestirme como me gustaba, sumándole que al salir temprano no pude peinarme; cabellos ondulados caían por mi frente, Namjoon solía decir que me hacía ver más joven, más atractivo, sin embargo, no me sentía así.

Miré mis mejillas sonrojadas y mis labios lastimados debido al fuerte agarre de mis dientes en ellos, obligándome a callar los absurdos jadeos involuntarios que minutos atrás deseaba soltar.

Me sentía molesto, sin saber bien qué me molestaba más. Podría ser el hecho de que un par de mensajes me pusieron tan caliente como para masturbarme en el baño de la universidad, ¡Dios! Me estaba convirtiendo en un pervertido. Me sentía sucio, enfermo, al concluir que no era tan simple, me había excitado enviar una foto tan reveladora a alguien que no conocía.

Porque sí, fue una apuesta absurda y debí negarme a ella desde el principio. ¿Quién en su sano juicio aceptaría apostar sobre enviar sus nudes a un desconocido? Exacto, yo.

Tras la pantalla podía estar cualquier persona, incluso existía la posibilidad de ser un hombre mayor; pero no le conocía al fin de cuentas. Podría imaginármelo como yo quisiera, lo que me llevó a cerrar los ojos e imaginarme a un hombre según mis gustos.

No estaba mal, un par de manos grandes, de tez pálida y dedos largos, podrían tomarme con fuerza mientras me repetía aquello que escribió, en una gruesa y pesada voz. Un jadeo se escapó de mis labios antes de poder retenerlo, dejé caer la cabeza al frente y apreté el agarre que mantenía en el lavatorio. Mordí mis labios de nuevo, sintiendo el sabor a hierro colarse en mi boca y solo jadeé de nuevo cuando imagine a aquel hombre sin rostro morderme los labios.

Y el rostro de Min Yoongi apareció, susurrándome al oído que tan profundo se hundiría en mi culo, tomándome del mentón con fuerza para obligarme a verle.

Negué y abrí los ojos. No era la primera vez que fantaseaba con el simio Min salvaje, cada que intentaba tener una relación sexual, meramente carnal, en pleno acto el estúpido aparecía en mi mente. Lo odiaba, odiaba sentirme así por él, lo odiaba a él.

De todas formas, no quería pensarlo más, no lo necesitaba. Tenía un problema, tenía que ser consiente de ello.

Aun con mi respiración temblorosa, mojé mi rostro mientras intentaba relajarme. Sin embargo, la vida parecía odiarme.

La puerta se abrió de forma tan abrupta que salté y chillé del susto. Min Yoongi estaba ahí, sosteniendo la puerta mientras me miraba con molestia, no me importaba en realidad, solo quería tranquilidad después de la mierda que acaba de hacer, Yoongi podría irse a la mierda. Así que decidí ignorarle, aparté la mirada y volví a cerrar los ojos, concentrándome en bajar la erección que creció de nuevo en cuanto imaginé al simio Min salvaje tomarme con fuerza.

—Pero, ¿qué tenemos acá? —inquirió con burla, haciéndome bufar con molestia, solo quería calmarme e ignorarle, pero al parecer el idiota tenía otros planes. Levanté la mirada y la sonrisa arrogante que se levantó en sus labios solo me hizo bufar nuevamente—. Park Jimin acaba de jalarse la polla en los baños de la universidad.

Sí, acaba de hacerlo y eso no era asunto suyo, quise decir. Pero antes de hacerlo, sonreí con diversión al notar que él tenía un pequeño gran problema entre sus pantalones. Hipócrita. Me miraba con arrogancia, creyéndose ganador cuando ambos nos encontrábamos en el mismo escalón.

—Sí, Min, acabo de masturbarme —sonreí ladino y me acerqué a él con lentitud. En su lugar, Min se tensó y dio un paso atrás—. Pero, ¿de qué te burlas si, evidentemente, venías a lo mismo?

Ensanché mi sonrisa al verle fruncir el ceño, Dios, Yoongi era tan sexy como estúpido. Tragó pesado y su nuez de adán se movió en el proceso, pude ver su mandíbula apretarse, y joder, tenía que calmarme justo ahora. Bufé y negué con mi cabeza, finalmente me alejé y volví al lavatorio, suspiré y cerré los ojos, mis pantalones comenzaban a incomodar y lastimar mi polla erecta.

Mientras me lamentaba en mi desgracia, el simio Min salvaje chasqueó la lengua, le miré de reojo y le noté sonreír con sorna. Fruncí el ceño y me alejé del lavatorio, dando pasos atrás cuando le vi acercarse a mí sin desvanecer su maldita sonrisa que lo hacía ver jodidamente caliente.

—Deberíamos ayudarnos, Mimi —canturreó la sugerencia, mi apodo dicho con burla— ¿No crees?

Le analicé e inevitablemente mi mirada cayó en sus labios y supe que lo notó cuando los lamió con lentitud. Joder, estaba tan asustado y excitado que mi respiración con cada segundo se volvía más pesada.

Yo, en definitiva, odiaba a Min Yoongi, eso era un hecho. Odiaba su carácter fuerte, arrogante y egocéntrico. Es insoportable, su mera presencia me resultaba en un malestar horrible. Nunca nadie me había sacado de mis casillas como Yoongi lograba hacerlo, solo Taehyung, cuando peleamos por comida, pero eso es otro asunto. En fin, ¿Yoongi y yo, "ayudándonos"? ¡Eso jamás podría ser!

Pero joder, Yoongi miraba mis labios con hambre, lo que me llevó a morderlos por inercia, me sentía atrapado en sus oscuros ojos. Su mano se apretó en mi cintura y hasta ese momento fui consiente de que me estaba tocando, estaba incluso tan cerca que nuestras narices se rozaban, si me movía unos cuantos centímetros, podría juntar mis labios con los suyos.

Yo podía odiarle, pero no era ciego. Yoongi es atractivo, muchísimo. Su piel blanca y suave hacía contraste con la oscuridad de su cabello negro y sus labios rosáceos, sus pequeños ojos rasgados me miraban atentos, me sentía presa de un depredador mucho más fuerte que yo.

Intimidado, así me sentía y eso solo me calentaba más. Joder, sería un completo idiota si desaprovechaba una oportunidad como esta, aunque me jodiera aceptarlo, todos querían con él simio, quizá por la curiosidad de que no había estado con nadie en la universidad o quizá porque era realmente atractivo.

Solo sería una vez, luego podríamos volver a insultarnos como usualmente lo hacíamos, ¿cierto?

Solo sería una vez, luego podríamos volver a insultarnos como usualmente lo hacíamos, ¿cierto?

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Best Enemies ; AU 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora