- The Other Woman -
( Yo lloro escribiendo esto. )
- ¿Soy el otro entonces?... -
Suguru y Satoru, dos jóvenes que recién se conocían atraídos por lo diferentes que eran.
Se conocieron de una manera cliché, una biblioteca, sección de ciencia ficción al lado de poesía... Muy diferentes a decir verdad y de repente.
- ¿Me dejas ver por favor?. - Habló un dulce muchacho lechoso que traía gafas de sol, ¿por qué estaría buscando aquí?.
- Por supuesto. - Dice otra voz igual de dulce, extrañado por el chico ya que siempre lo veía en la sección de poesía, ¿por qué estaría rebuscando entre estás historias?. - ¿Buscas algo?.
- Si, un libro para un amigo, normalmente yo siempre leo poesía pero ese tonto me insistió en comprar... ¿Cómo se llamaba?. ¡Ah, sí!, "Solaris" de Stanisław Lem, ya me lo he leído pero mi amigo lo quiere. - Dice el menor estresado buscando el libro.
- ¿De casualidad no es este?. - Lo alza con una sonrisa extraña.
- Oh, eres mi salvador. - Dice el chico con una sonrisa esperando a que el mayor le concediera el libro.
- Pero con una condición. - Habla mientras esconde el libro detrás de él. - Quiero ver tus ojos, siempre te veo con gafas de sol y además, dicen que normalmente los albinos tienen ojos rojos o violetas, o sea, que son impresionantes. - Habla entre risas y sin prisa. - me gustaría ver de ese tipo en persona. - Dice emocionado por ver los ojos del chico frente a él.
El albino ríe bajito cerrando sus ojos y quitando sus lentes de sol, al abrir sus ojos el pelinegro se encuentra con el azul más precioso que haya visto jamás en toda su vida, era como ver un diamante.
- Es... Hermoso. - Susurra el pelinegro hipnotizado por los ojos tan enigmáticos del muchacho, tan inexplicables.
- Gracias. - Agradece el albino con una sonrisa perfecta posada en los sublimes labios de su rostro.
- ¿Cómo te llamas?. - Pregunta Suguru aún hipnotizado por los ojos del muchacho.
- Satoru Gojo, un placer conocerte. - Responde con emoción el albino al ver lo raro en el actuar y titubear del pelinegro, claro que con modales algo refinados el chico extendió su pálida mano.
- Suguru Geto... - Extiende su mano sin querer dar todavía el libro para seguir admirando los maravillosos ojos del chico. - Te seguiré viendo, ¿verdad?. - Al mayor se le daba bien ser directo y eso era especial ya que provocó un tono rojizo en el muchacho.
- Por supuesto pero, necesito el libro. - Responde nervioso volviendo a ponerse sus gafas.
- Claro... - Le entregue el libro tembloroso, estaba hechizado.
- Nos vemos, Suguru. - Se derritió en menos de un attosegundo, estaba rojo, ese chico tenía algo demasiado especial, ¿cómo era posible qué existiera tanta belleza?, ni en los cientos de libros de ciencia ficción que había leído había apreciado algo tan bello.
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𝑪𝒂𝒍𝒍 𝑴𝒆 •𝑶𝒏𝒆 𝒔𝒉𝒐𝒕𝒔• •𝑺𝒖𝒈𝒖𝒔𝒂𝒕𝒐•
Romance- ¿𝐶𝑜𝑚𝑜́ 𝑡𝑒 𝑠𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒𝑠?. - 𝐶𝑜𝑚𝑜 𝑐𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑣𝑒𝑠 𝑙𝑎𝑠 𝑒𝑠𝑡𝑟𝑒𝑙𝑙𝑎𝑠...