Parte 2

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—Estás distraída —su voz temple la trajo a la realidad, nuevamente.

Suspiró, casi de manera imperceptible de no ser por el movimiento de sus hombros, lamentándose lo obvio. Y cuando abrió los ojos, lo primero con lo que sus ojos se encontraron, fue con la expresión pasiva, que lograba transmitir cierta tranquilidad, de su Maestro sentado frente a ella sobre la hierba.

El canto de las aves era relajante junto al sonido del río calmo pasar. Los árboles danzaban despacio producto del viento fresco. Los colores vibrantes de los bosques sobre las montañas resaltaban en medio de los ríos anchos que pasaban bajo estos, siendo iluminados por los rayos amarillos de los dos pequeños soles en un cielo azul despejado y bello. Ellos estaban cubiertos bajo la sombra de un antiguo olmo y sobre la tierra virgen de un planeta que no había sido tocado por las guerras que habían marcado a la galaxia. Aquel era un lugar puro, de potente conexión con la Fuerza, una que ambos podían sentir como si de aire se tratara, uno espeso y cargado, pero a la vez limpio y luminoso.

—Perdón... —susurró volteando la cabeza, haciendo que su casco brillara por el rayo de sol que atravesaba las ramas voluminosas del árbol en tonalidades verdes.

Se irguió en su posición como antes, y cerró los ojos, intentando sumirse en un estado meditativo. Pasaron varios segundos, sin que ella se diera cuenta formando minutos. Pero una vez más... le fue inconcebible su deseo como sucedía desde que había llegado, desde que se había alejado de su tribu, de Grogu y Din...

Luke Skywalker no quitó su pequeña sonrisa.

—¿Acaso, quieres preguntarme algo? —sugirió con calma, logrando que ella se sorprendiera, tardando bastante en responder:

—¿Cómo... puedes saber cuál es el Camino que debes recorrer? ¿Cuál es el correcto? —su voz dulce sonó tras la máscara. Y antes de que él dijera algo, continuó:— Antes, parecía tener claridad sobre todo lo que me rodeaba, incluso, sobre lo que me iba a deparar si seguía hacia adelante. Pero ahora... todo es confuso —Lo miró, y como si no interfiriera el yelmo, se transparentaron de forma evidente sus dudas.

Luego de la triste "despedida" que tuvo con lo que fue su compañero Din Djarin, partió lejos del planeta playero en donde ahora residían los pocos Mandalorianos que quedaron de Nevarro. No tuvo la oportunidad —o no fue capaz— de despedirse del pequeño, Grogu. Percibió la duda en él, la confusión y profunda tristeza, al asimilar que lo más cercano que tubo a una figura materna se iba a ir para nunca más volver. Y ella por esa razón, no pudo verlo directamente antes de partir.

Tenía la esperanza de que Grogu con el tiempo entendería sus razones detrás de aquella decisión, al igual que Din... 

Ya cuatro meses transcurrieron de aquello. Actualmente residía en el planeta de mucha vegetación junto al que ahora era su Maestro y guía, Skywalker. Pero, nada más puso un pie ahí, sintió su mente alborotada, dispersa, con ruido. Y desde entonces, no podía concentrarse. Se sentía "desconectada", algo que le causaba una sensación de vacío un tanto preocupante. Pero a veces... se preguntaba sobre si aquel vacío no era en realidad, la pena que sentía tras dejarlos a ambos atrás...

A pesar de saber internamente que el hombre frente a ella —ni cualquier otra persona existente en la galaxia— tuviera la respuesta a su pregunta, miró fijamente a su Maestro, esperando palabras que le dieran consuelo, que aclarasen sus pensamientos, que erradicaran sus emociones...

Por favor.

—Ven conmigo —dijo este, poniéndose de pie e ignorando sus interrogantes. Empezó a caminar con sus botas negras por encima de la vegetación. Pájaros cantaron por su presencia nada más ingresó al bosque de bambúes.

A Different Destiny / Star Wars One-shot: The Mandalorian ~ Din Djarin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora