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Pasó un mes, me dejé crecer el cabello, rompí unos shorts de jeans para convertirlos en una falda, me puse una polera blanca e intenté maquillarme con el maquillaje que vi en la habitación de mi mamá, intenté verme como si hubiera nacido como una niña, como era pequeño aún tenía la voz aguda, aún así en ese mes intenté hacerla más aguda, hasta que llegó el día en el que le daría esa sorpresa a mi mamá, se la daría en el mes de las madres.

Ese día llegué a mi casa del parque y me vestí, no me salió el maquillaje asi que no lo hice, pero me peine lo más decente para un niño de 10 años que nunca en su vida se había peinado, era de mañana asi que mi madre seguía durmiendo, gracias a un poder divino no había ningún hombre en su cama, estaba completamente sola.

Narrador omnisciente-

-mamá, despierta, miraaa- habló el niño con la voz más tierna que pudo hacer.

La mujer despertó, -Que quieres mocoso?...- lo observó de arriba a abajo.

"Nunca la vi tan sonriente, me...abrazó?, nunca antes me había abrazado, era nuevo, sentir su calor corporal, escuchar sus latidos y un leve sollozo de mi madre...wow" -pensó la ahora, niña.

-¿mamá? ¿porqué lloras? ¿no te gustó mi sorpresa?- habló con tristeza el menor.

-Es la mejor sorpresa que me pudiste haber dado, yuki- Mientras lo decía una sonrisa se veía en su cara, pero el menor tenía confusión, quien era ella?.

-¿quien es yuki, mami?- habló con incredulidad el rubio menor.

-Es tu nuevo nombre, ahora serás Yuki- habló feliz la madre.

no soy lo que creesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora