extra one

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Seokjin corría de un lado para otro, el despertador, que se encontraba en su mesita de noche, no había funcionado, por lo que ya iba con diez minutos de retraso a su trabajo

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Seokjin corría de un lado para otro, el despertador, que se encontraba en su mesita de noche, no había funcionado, por lo que ya iba con diez minutos de retraso a su trabajo.

Hace algunas semanas había empezado a trabajar en un supermercado a unas cuadras de su casa. El dueño del lugar había caído hechizado por los ojos de cachorro de Jin y por su tierno puchero mientras le rogaba que le diera una oportunidad para trabajar.

Pero, seguramente, lo despedirán hoy.

—Tarde, tarde. Jinnie va tarde— canturreó mientras corría escaleras abajo, dio un portazo cuando finalmente salió de su casa. Caminó diez minutos más hasta que llegó al supermercado. El dueño estaba atendiendo en la caja mientras refunfuñaba, Jin bajó la cabeza con pena en cuanto cruzaron miradas.

—Buenos días, jefe— dejó su mochila a un lado y tomó el puesto en la caja.

—Hablare contigo luego, Kim—

—Lo siento mucho, jefe— sonrió apenado y el alfa rodó los ojos, dejándolo para que haga su trabajo.

Seokjin solo tenía que sonreír a las personas para que todo dejara de estar mal. Durante toda su vida había sido salvador de muchos problemas por sus ojitos inocentes y su sonrisa amplia. 

La mañana pasó relativamente rápido, entre ordenar ciertas cosas en percha y atender a clientes que pagaban sus compras. Cuando su celular marcó la hora de salida, el pequeño se estaba preparando para salir cuando la campanita de la puerta sonó una vez más.

Su naricita picó por el aroma que quedó en el aire, se levantó del suelo, asomando su cabeza por encima de la caja y no vio a nadie. Seguramente el nuevo cliente había ido por sus compras.

Sintió que su lobo levantaba sus orejitas. Jin se encontraba bastante curioso, pero lo ignoró. No era como si su destinado hubiera entrado a la tienda, ¿verdad? Tarareó bajito a la espera del nuevo cliente, rogando para que nadie más entrara porque debía irse si no quería llegar tarde a la universidad.

—Disculpa, llevaré esto—

Levantó la mirada y... ¡Wow! La persona que estaba frente a él, seguramente, era la persona más hermosa que Jin había visto en sus dieciocho años de vida. Sus ojos se conectaron por un instante, haciendo que una corriente recorriera su cuerpo, llenando de calidez todo su pecho.

Su lobo se levantó emocionado en sus cuatros patas, moviendo enérgicamente su cola y dando saltitos. ¿Por qué de repente se estaba sintiendo nervioso?

—Son cuatro dólares, señor— dijo bajito.

El alfa soltó una risita ronca, que robó toda su atención. Nuevamente miró su rostro, estando completamente encantado con la sonrisa que le regalaba. —No soy tan viejo, cachorro—

Su lobo aulló con emoción dando vueltas. Es él, es él, Jinnie... Es nuestro alfa.

—Disculpa— pausó, sonriendo un poco.

I Still Want You¡! ↬ NamJin AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora