La decepciónDespués de ese espantoso examen de matemáticas, lo único que me alegraba era ver al dios griego que tenía por novio. Me encantaba el estilo tan casual de Harry, sus rizos castaños siempre alborotados, su imponente físico, que dejaba con la boca abierta a mas de una, cuando pasaba junto a ellas. Pero lo que más amaba de él, eran sus hermosos ojos Verde, aunque la mayor parte del tiempo los ocultaba tras unas gafas de sol.
-____ -escuché a Cintia después del examen.
-¿Sí? -me giré hacia ella.
-Hoy por la noche es cumpleaños de Michel y queríamos invitarte a su fiesta ¿aceptas?
-Claro. Harry y yo estaremos ahí -le sonreí.
-Nos vemos más tarde -sonrió para después irse.
Me había quedado después de clases para hacer un examen que me ayudaría con mis calificaciones, de la siempre odiada, materia de matemáticas. La verdad no entendía porque Harry y Laura no habían tenido que hacer ese tonto examen, si ambos tenían peores calificaciones que yo.
Pero eso no importaba. Había estudiado muy duro y estaba segura de que saldría con una buena calificación.
Me dirigí al estacionamiento de la escuela, ahí me esperaría Harry, y sí, ahí estaba él, besándose o mejor dicho tragándose a la que se decía mi mejor amiga.
-¿Interrumpo, cierto? -mi orgullo no me dejaría derramar una lagrima frente a ellos.
-¡____! -Hazz apartó rápidamente a la castaña-. No es lo que crees, cariño... -comenzaba a acercarse a mí.
-Harold -la chica de ojos cafés se colocó a su costado-. Ya dejemos de fingir. Es obvio que ____ se dio cuenta de que hay algo entre tú y yo -sonrió-. Después de dos años, pero por fin se dio cuenta -su tono rayaba en la burla.
El hueco en mi corazón se hizo más profundo. En estos años había aprendido a querer a Laura como a una hermana y pensé que ella también me quería de la misma forma, ¡qué estúpida fui!
-____, dime ¿enserio nunca sospechaste que Harry te engañaba? o sea ¿nunca te pareció raro que cuando él no podía ir a algún lugar contigo yo tampoco pudiera?
Miré a Harry. Hacia unos días lo había invitado a la cena de aniversario de mis padres, pero él no fue, excusándose que tenía que acompañar a su madre a no sé dónde. Y luego, Laura, también dijo que tenía que ir con su madre al centro comercial.
-¿Entonces...?
-Así es querida, ____ -su tonta sonrisa se hizo más grande-. Todas esas veces, él estuvo conmigo, besándome, recorriendo cada centímetro de mi cuerpo. De hecho, mientras tú hacías ese tonto examen, nosotros no divertíamos en un hotel.
De nuevo besó a Harry, y éste le correspondió.
Sentía tanta rabia que lo único que pude hacer fue irme de ahí lo más pronto posible, si no las cosas terminarían mal. Pero, para mi mala suerte estaba lloviendo y por si fuera poco hoy acababan de llevar mi auto al taller mecánico.
¿Qué más podría pasarme ahora?
Odiaba tanto mi vida. Harry había roto mi corazón como nunca nadie lo había hecho antes. Yo de verdad lo ama y él sólo jugó conmigo todos estos años. ¿Cómo no me di cuenta? ¿Cómo pude pensar que un chico como él podría salir conmigo? fui tan estúpida.
El sonido de un claxon me hizo salir de mis pensamientos. Me encontraba enfrente de un auto, el cual casi me arrolla, gracias a dios el conductor alcanzó a frenar.
-¿Está bien, señorita? - del auto salió un hombre de no más de veintitantos años.
-Sí, no se preocupe.
-¿Enserio? ¿Puedo ayudarla en algo? ¿Llevarla a algún lugar?
-Muchas, gracias pero ya estoy cerca de mi casa.
Los claxon de los autos comenzaron a sonar.
-Espero que le vaya, bien, señorita.
-Igualmente.
Me apresuré a cruzar la calle y después de unos minutos ya estaba frente a mi casa, eso sí, con toda la ropa remojada.