A la mañana siguiente me desperté tarde, me había quedado hasta tarde pintando en mi estudio, y hoy estaba pagando las consecuencias de mi desvelo.
Me arreglé lo más rápido que pude.
-____, te llevó -dijo Mi padre.
-No, no hay tiempo -dije mientras me paseaba por la sala buscando mi mochila-. ¿Dónde está?
-____, está en la cocina -gritó mi madre.
Fui hasta allá y se la arrebaté.
-Bien, me voy.
-Te llevó.
-No, papá.
Salí corriendo con dirección a la escuela. Pero a la tercera cuadra ya me había arrepentido ¿en qué diablos estaba pensando cuando decidí declinar el ofrecimiento de mi padre? Yo no era buena haciendo ejercicio, e ir corriendo hasta la escuela era como correr el maratón de la cuidad.
Ya faltaban poco cuadras para llegar a la escuela, y también quedaban pocos minutos, así que decidí cruzarme una calle sin fijarme si venia carro o no, pero fue un error porque casi me arrollan como el otro día.
-¿Qué te pasa? -salió el mismo muchacho del otro día, aunque ahora vestía más formal, con un traje y corbata, se veía muy apuesto-. ¿Qué tus padres no te enseñaron a mirar a ambos lados antes de cruzar la calle?
Él hombre era muy guapo, ojos de un hermoso color marrón, tan profundos e intensos, labios apetecibles, y una sexy voz, pero todo su encanto era arruinado por ese genio que se cargaba.
-Niña, te estos hablando.
Le sonreí angelicalmente y luego le mostré mi dedo corazón, para después seguir corriendo. Ya había perdido tiempo muy valioso.
Llegué al salón, y tarde, antes no me hubiera preocupado tanto ya que era Artes, y siempre fui la mejor alumna, pero ahora era otro el maestro.
Toqué la puerta deseando que el maestro aun no hubiera llegado, pero lastimosamente una voz me contesto indicándome que entrara.
Así lo hice y me llevé una gran sorpresa al ver al hombre que había estado a punto de arrollarme 2 veces, y que por si fuera poco le acababa de hacer una seña obscena en la calle.
-¿Puedo pasar?
-¿Y usted es? -preguntó frio.
-____ Johnson.
Me examinó de pieza cabeza.
-Pasé.
Hubiera preferido sentarme en el fondo, pero el único puesto vacio era frente al maestro.
-Bien, después de esa interrupción -me miró fugazmente-, seguiré con mi presentación. Soy Zayn Malik -escribió en el pizarrón su nombre-, y seré su nuevo maestro de artes.
-¿Cuántos años tiene? -se escucho una voz femenina en el fondo del salón.
-23. Bien ahora sigamos con la clases.
Tomó su libro y comenzó a leernos la historia de no sé qué, la verdad no le estaba poniendo mucha atención, lo único que quería era que sonara la campana, pero cuando esto pasó:
-Johnson, quédese debemos hablar -dijo con voz autoritaria.
Un montón de burlas comenzaron a escucharse.
-Hasta que la consentida se metió en problemas -dijo Laura al pasar junto a mí.
Sólo puse los ojos en blanco, esperando a que todos se fueran.
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